El número de transacciones de vivienda en el extranjero por parte de los compradores rusos aumentó un 12% en el segundo trimestre de 2013 respecto al mismo período del año pasado, manteniéndose España como uno de los destinos preferidos, escribe hoy el diario Novie Izvestia en un artículo titulado “Una casa junto al mar”.
Según un informe del Banco Central que cita el periódico, el importe de esas operaciones ascendió a 526 millones de dólares, lo que supone el 6% del total de las transferencias realizadas desde Rusia entre los pasados meses de abril y junio.
Como motivo principal del creciente interés por la vivienda en el extranjero, los analistas de la institución financiera señalan el aumento del bienestar económico de los rusos. Sin embargo, expertos independientes consultados por el rotativo sostienen que realizando inversiones inmobiliarias fuera de las fronteras nacionales, los rusos buscan preservar sus ahorros que no cuentan con ninguna protección en Rusia.
De acuerdo al informe, las compras de viviendas en el extranjero están en constante aumento desde 2009, y si bien hace cuatro años sumaron 223 millones de dólares, el año pasado alcanzaron ya casi los 1.900 millones. En el primer trimestre de este año, los rusos invirtieron 414 millones de dólares en casas en otros países. De mantenerse la tendencia, antes de fin de año estas inversiones superarán los 2.000 millones de dólares, calcula el Banco Central ruso.
Por su parte, los expertos en los mercado inmobiliarios extranjeros afirman que más del 80% de los compradores rusos se decantan por casas y apartamentos en zonas costeras y el resto adquieren viviendas en grandes ciudades europeas o estadounidenses. Dos países mediterráneos, España e Italia, se mantienen como líderes entre los destinos de las inversiones inmobiliarias rusas.
En el caso de la “soleada España”, uno de los factores decisivos es el precio que está bajando en medio de una dura crisis económica que atraviesa el país ibérico, con una tasa de paro por las nubes. En estos momentos, la oferta inmobiliaria española incluye más de dos millones de viviendas de nueva construcción que apenas encuentran compradores entre la población local, recalca el diario.
