La situación de seguridad en Libia es complicada no solo por la presencia de las agrupaciones militares independientes sino también de los criminales comunes que atemorizan la población, reveló hoy el ministro de Asuntos Exteriores de Libia, Mohamed Abdelaziz.
“Muchos de los problemas de seguridad dependen de la gran cantidad de armas en manos de la población, tampoco se puede olvidar que en años pasados al menos 16.000 delincuentes quedaron libres y se hacen pasar por revolucionarios”, dijo el ministro a un diario saudí.
Abdelaziz destacó que algunas agrupaciones armadas que participaron activamente para derrocar al líder libio Muamar Gadafi, actualmente colaboran con el Ejército y la policía en labores de orden público.
“Podremos prescindir de esos grupos únicamente en el caso de que logremos crear un Ejército fuerte, finalicemos la formación de la policía y las fuerzas de seguridad a las que se puedan incorporar esas agrupaciones”, dijo.
Añadió que el gobierno estudia dos variantes para crear su Ejército y la policía. La primera prevé la inmediata inclusión de las agrupaciones armadas que participaron en la revolución y la segunda, la preparación de militares y policías libios en el exterior.
A pesar de que ya han transcurrido más de dos años y medio tras la caída de Gadafi, en Libia continúan operando agrupaciones militares revolucionarias con influencia y fuerza superior a las autoridades oficiales, y el poder absoluto en algunas regiones, ciudades y aldeas.
El gobierno de Trípoli intenta solucionar la situación proponiendo a esas agrupaciones legalizar su situación, pero la práctica demuestra que esas agrupaciones están dispuestas a cooperar únicamente mientras coincidan sus intereses.
Hace dos semanas, militantes de un grupo influyente retuvieron durante horas al primer ministro libio Ali Zeidan, y son frecuentes los ataques de agrupaciones revolucionarias contra las entidades del gobierno, la policía y las legaciones diplomáticas.
