La Organización Mundial de la Salud (OMS) necesita unos 500 millones de dólares para combatir una nueva forma de la malaria, resistente a los fármacos disponibles, la cual se propaga con rapidez en el Sudeste Asiático y presenta una amenaza global, declaró hoy el organismo citado por la prensa filipina.
“La resistencia del plasmodio, parásito que provoca el paludismo, a la artemisinina puede reducir a la nada todo el colosal progreso alcanzado en el control sobre ese mal y presentar una amenaza global para la salud (…). La OMS necesita gastar al menos 450 millones de dólares adicionales en los próximos tres años para tomar las medidas adecuadas”, dijo en Manila el director regional de la OMS, Shin Young-Soo.
La resistencia del plasmodio a la artemisinina fue registrada hace cinco años en la zona de la frontera entre Camboya y Tailandia, y recientemente también en Vietnam y Birmania.
“Si la resistencia se registra en alguna otra parte del mundo, tendremos consecuencias muy graves para la salud pública global”, advirtió Shin Young-Soo.
El paludismo es una enfermedad infecciosa que provoca fiebre y escalofríos y en casos críticos termina con la muerte del afectado. Se transmite por mosquitos infectados de plasmodios. Se cobra anualmente hasta 660.000 vida humanas.