Dos días después del terremoto más fuerte ocurrido en el centro de Filipinas en los últimos 23 años, el número de muertos ascendió a 156 personas, informó la Dirección Nacional de Defensa Civil en un comunicado.
Antes se había informado sobre la muerte de 142 personas.
De acuerdo a las informaciones más recientes, todavía 22 personas siguen desaparecidas y 374 resultaron heridos y en las últimas horas solo tres supervivientes fueron rescatados con vida de los escombros porque las brigadas de rescate todavía no han podido llegar hasta las zonas más afectadas en la isla Bohol, que quedó prácticamente aislada por el movimiento telúrico.
Hasta el momento, no ha sido posible restablecer el transporte por 20 puentes parcialmente destruidos y cuatro carreteras permanecen bloqueadas por los aludes.
El seísmo, de 7,2 grados de magnitud y epicentro a dos kilómetros al sur de Carmen, en la isla de Bohol, y a 33 kilómetros de profundidad, fue seguido por más de 800 réplicas registradas durante 24 horas. Dos de estas sacudidas producidas ayer tuvieron una magnitud de 5,1 grados.
Otras de las zonas más afectadas es la isla de Cebú que alberga la segunda ciudad más poblada del país, el segundo aeropuerto y el puerto marítimo con más tráfico de Filipinas. Las dos provincias, Bohol y Cebú, con una población total de 3,5 millones de personas, decretaron el estado de emergencia.