El Gobierno de Japón “no ve problema” en las declaraciones de su ministro sobre las islas Kuriles disputadas a Rusia, y descarta que puedan afectar las negociaciones de ambos países sobre este asunto, declaró hoy el portavoz del Ejecutivo nipón, Yoshihide Suga.
Rusia advirtió la víspera de que podría restringir los viajes a las Kuriles de funcionarios japoneses si estos continúan opinando públicamente sobre el litigio territorial de los dos países. Estas advertencias se produjeron después de que el ministro nipón para asuntos de Okinawa y el Norte, Ichita Yamamoto, afirmara que su país debe recuperar la soberanía de los territorios. Las polémicas declaraciones fueron hechas durante una visita a las islas en el marco del régimen sin visado.
“El ministro Yamamoto dijo que los viajes mutuos sin visado ayudan a mejorar el entendimiento mutuo entre los dos países, y subrayó que Japón se esforzará para resolver el problema territorial por la vía negociada. Estas declaraciones no se contradicen con el objetivo de los viajes sin visado, y no veo razón para que sean criticadas por Rusia”, expresó Suga.
Aseguró que la visita y las declaraciones de Yamamoto “no afectarán en absoluto el proceso de negociación sobre la disputa territorial y la firma del tratado de paz” entre Moscú y Tokio. El portavoz del Gobierno japonés recordó que la decisión de acelerar estas negociaciones fue fruto de un acuerdo entre los dos Gobiernos, y agregó que Japón aclarará a Rusia su postura sobre el asunto.
Japón reclama cuatro islas Kuriles (Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai) alegando el tratado bilateral sobre comercio y fronteras de 1855. Tras la II Guerra Mundial, las islas fueron traspasadas a la Unión Soviética en virtud de acuerdos internacionales y posteriormente Rusia, como heredera legal de la URSS, asumió la soberanía de estos territorios.
Tokio condiciona la firma del tratado de paz con Moscú, asignatura pendiente desde 1945, a la recuperación de las cuatro islas que define como “territorios del norte japoneses”. Por su parte, Rusia se niega a revisar la soberanía de las Kuriles.