La agencia espacial rusa, Roscosmos, desmintió hoy las declaraciones de un tripulante de la nave Soyuz TMA-08M, de que el aterrizaje del pasado 11 de septiembre, se realizó prácticamente “a ciegas”.
El cosmonauta ruso Pável Vinográdov, quien regresó a la Tierra junto con su compatriota Alexandr Misurkin y el estadounidense Christopher Cassidy tras cumplir una misión a bordo de la Estación Espacial Internacional, contó este viernes que una parte del descenso la pasaron “casi a tientas”, sin ver datos de sensores acerca de la altura y orientándose sólo por lo que decían los pilotos del grupo de rescate.
Vinográdov, que había realizado anteriormente dos misiones espaciales, reconoció al mismo tiempo que el aterrizaje fue suave.
“El paracaídas principal y el auxiliar, según la percepción, se abrieron normalmente. Claro que hubo sobrecargas y turbulencias, pero no muy fuertes. Diría que ha sido un aterrizaje bastante suave”, precisó.
El pasado mes de agosto, Vinográdov cumplió 60 años a bordo del laboratorio orbital y se convirtió en el más veterano de entre los cosmonautas de la URSS y Rusia.
Por su parte, el jefe de la agencia espacial rusa, Vladímir Popovkin, aseguró que los astronautas “no aterrizaron a ciegas”.
Explicó que Roscosmos cortó deliberadamente la transmisión de los datos a la pantalla. Si no lo hubiese hecho, los tripulantes no habrían visto más que fragmentos a causa de la superposición de fechas en un programa.

Agregó que los astronautas “veían por otros parámetros que el aterrizaje se realizaba normalmente”.
La cápsula recuperable de la nave rusa Soyuz TMA-08M aterrizó el 11 de septiembre pasado en el territorio de Kazajstán.
A bordo de la Estación Espacial Internacional trabajan actualmente Fiódor Yurchijin, de Roscosmos; Karen Nyberg, de la NASA, y Luca Parmitano, de la Agencia Espacial Europea.