Un fragmento de un cohete espacial ruso amenaza con chocar con el nanosatélite estonio ESTCube-1, el primero lanzado por el país báltico, informó hoy el responsable del proyecto, Martin Noorma, de la Universidad de Tartu.
Según el investigador, el ESTCube-1 esquivó este viernes una pieza del satélite militar ruso Kosmos-2251. No obstante, los expertos estadounidenses advirtieron de que el próximo domingo el vehículo espacial se enfrentará a una nueva amenaza de colisión.
“Será un fragmento de un cohete lanzador, unas 30 veces mayor que la pieza anterior. La buena noticia es que se encuentra a una distancia casi cuatro veces mayor, aunque nadie puede garantizar al 100% que no ocurra nada”, explicó el astrónomo estonio.
En un principio, Noorma y sus compañeros pensaron que su satélite había entrado en una nube de chatarra espacial resultante de la colisión entre el Kosmos-2251 y el satélite estadounidense Iridium-33. Sin embargo, según informaciones del Pentágono, la nueva amenaza para el ESTCube-1 proviene de un fragmento del cohete ruso Zenit-2, que fue lanzado desde el cosmódromo de Baikonur en marzo de 1993 para poner en órbita el satélite de espionaje Kosmos-2237.
“Las tecnologías que se están probando a bordo del ESTCube-1 podrían ser utilizadas en un futuro para retirar basura espacial de la órbita. Y realmente da la impresión de que la malévola basura espacial ataca nuestro satélite para impedir que la humanidad aprenda a deshacerse de ella”, escribieron los integrantes del proyecto en su Facebook.
El nanosatélite ESTCube-1, que mide 10x10 centímetros y pesa 1,3 kilogramos, fue diseñado y fabricado por estudiantes y profesores de la Universidad de Tartu. Despegó a bordo del cohete europeo Vega el pasado 2 de mayo desde el centro espacial de Kourou en la Guayana Francesa. Está equipado con una cámara de fotos y diversos equipos para ensayar nuevas tecnologías, como por ejemplo velas solares.