Los vehículos enviados a la Luna no podrán trabajar durante un periodo prolongado a causa del polvo, informaron investigadores británicos en la reunión anual de la Real Sociedad Astronómica, en la ciudad de Saint Andrews, en el Reino Unido.
Farideh Honary y sus colegas de la universidad de Lancaster llegaron a esta conclusión tras analizar la experiencia de los rovers soviéticos y estadounidenses. En particular, se fijaron en las quejas de los astronautas de la misión Apolo que destacaron la pegajosidad y aspereza del polvo lunar.
Según los científicos, el polvo lunar que se levanta al pasar el vehículo tarda mucho tiempo antes de posarse de nuevo en la superficie por la poca gravedad. Además, las partículas cambian de dirección durante la salida y la puesta del Sol. Por lo tanto, los futuros astromóviles recogerían una cantidad importante de polvo durante su estancia.
La Luna es el primer cuerpo celeste del sistema solar que se estudió con la ayuda de vehículos automatizados. El primero en llegar al satélite de la Tierra fue el soviético Lunojod 1 que se posó en el Mare Imbrium en noviembre de 1970.