La primera boda entre personas de un mismo sexo, dos hombres, se celebró hoy en Francia en el Ayuntamiento de Montpellier, situado al sur del país.
El activista gay Vincent Autin, de 40 años, y el funcionario público Bruno Boileau, de 30 años, se dieron el "sí" ante la alcaldesa Helena Mandroux y en presencia de centenares de familiares, amigos e invitados.
"La ley del matrimonio para todos es una ley de igualdad y fraternidad que refuerza nuestra sociedad y supone una etapa en la modernización de nuestro país", dijo Mandroux, encargada de oficiar la ceremonia civil.
Para cubrir el evento, que provocó alboroto, fueron acreditados más de 250 periodistas nacionales e internacionales mientras que un fuerte dispositivo policial, compuesto por un centenar de agentes, veló por el orden público.
La legalización de los matrimonios gay fue una de las promesas electorales del presidente galo, Francois Hollande. Las uniones homosexuales ya estaban permitidas en Francia, pero los socialistas decidieron legalizar la concertación de matrimonios entre tales parejas y permitirles adoptar niños. La Iglesia Católica y la oposición derechista protestaron contra esa decisión.