Políticos de EEUU deberían dejar de demonizar a Rusia, opina el director ejecutivo del Centro de Intereses Nacionales, Paul Saunders, quien suscribe un artículo publicado este viernes en el diario The Washington Post.
Saunders previene de fomentar la histeria en torno a Moscú. “Demonizar a Rusia no cambiará las condiciones allí, solo minará nuestra habilidad de conseguir lo que queremos y necesitamos”, señala en su artículo.
Aunque Rusia “es un país corrupto y semiautoritario en el que las elecciones no son limpias y los ciudadanos carecen de la protección refrendada en la Carta de derechos” estadounidense, la situación no es tan dramática como en los tiempos de la URSS, según el articulista.
Rusia estará proporcionando sistemas de misiles antibuque a Siria para prevenir una intervención militar extranjera pero su ayuda militar y económica al régimen de Bashar Asad es relativamente pequeña. Los rusos se abstuvieron de enviar misiles antiaéreos S-300 y S-400 a Irán, avisaron a la CIA sobre el creciente extremismo de Tamerlan Tsarnaev mucho antes del atentado de Boston, ayudan a EEUU en el tránsito de materiales para las tropas en Afganistán y participan poco en la modernización militar de China.
“Si Rusia revisara alguna de estas políticas, o todas, los intereses de EEUU se verían muy perjudicados”, advierte el experto.
Moscú y Washington tienen intereses, prioridades y perspectivas muy diferentes en lo que respecta a muchos problemas importantes del acontecer internacional, y en ningún caso son amigos. “Pero tampoco pueden considerarse enemigos”, según él.
“Convertir a Rusia en un enemigo real no ayudará a EEUU”, subraya Saunders.
El Centro de Intereses Nacionales es una institución de expertos con sede en Washington. Se dedica a analizar los temas de seguridad energética, cambio climático, relaciones ruso-estadounidenses, inmigración, seguridad nacional y regional y otros asuntos.