Al menos 11 personas murieron en una serie de atentados en varios distritos de Bagdad, comunicaron agencias internacionales.
La primera explosión se produjo en el puesto de control de un distrito mayoritariamente chií, situado en el norte de la capital iraquí y se cobró la vida de 8 personas, incluido un policía.
Tres personas perdieron la vida tras el estallido de un artefacto cerca de un restaurante en el sur de la ciudad.
Irak vive últimamente una escalada de violencia sectaria originada por el conflicto entre suníes y chiíes. En los tiempos de Sadam Husein fueron los sunitas quienes dominaron el Gobierno iraquí, pero tras la invasión de EEUU y la caída del régimen anterior, los chiítas pasaron a controlar varios cargos clave, incluido el de primer ministro.