Las autoridades de Kuwait decidieron transmitir en directo la ejecución de tres asesinos, disponiendo instalar en la cárcel central de la capital del país cámaras de varias cadenas de televisión locales.
Dos ciudadanos de Kuwait y uno de Pakistán fueron condenados a morir en la horca. La sentencia fue definitiva y no podía ser recurrida. A la ejecución asistieron el fiscal general del país y representantes de los Ministerios del Interior y de Justicia.
Las autoridades kuwaitíes opinan que la transmisión en vivo de la ejecución “hará pensar a otras personas en la inminencia del castigo y llevará a disminuir la delincuencia”.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos internacionales y de Kuwait censuraron esa idea y exigieron renunciar a tal práctica.
La anterior ejecución fue realizada en Kuwait en 2007.