Las autoridades francesas derogaron una norma que prohibía a las prostitutas atraer abiertamente a clientes potenciales, informaron hoy agencias.
Antes, las “trabajadoras del amor” corrían el riesgo de ser multadas con hasta 3.750 euros y dos meses de prisión si incumplían la norma.
La prostitución no está prohibida en Francia, pero el Código Penal del país galo hasta hace poco contenía una cláusula que advertía contra la “atracción de transeúntes” para un contacto sexual a cambio de una recompensa económica.
Según expertos, la ley dificultaba considerablemente la labor de las prostitutas francesas y afectaba su salud mental, pues las mujeres sufrían problemas psicológicos por el temor de ser multadas a la hora de ejercer su oficio.
En la actualidad, en Francia hay alrededor de 30.000 trabajadores sexuales de ambos sexos, el 80% de ellos son inmigrantes.