Washington consiguió la reconciliación de Turquía e Israel para reforzar su posición en el Oriente Próximo y aumentar la presión sobre Irán, considera el politólogo ruso Vladímir Sidov.
El pasado viernes, gracias a la mediación del presidente de EEUU, Barack Obama, los primeros ministros de Israel, Benjamín Netanyahu, y de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acordaron normalizar las relaciones bilaterales dañadas desde 2010 por la muerte de nueve turcos durante un asalto de las fuerzas israelíes a la Flotilla de la Libertad que se dirigía a Gaza.
“Al lograr la reconciliación entre Israel y Turquía, Washington persiguió sus propios intereses en la región. EEUU quiere que todos sus pasos en el Oriente Próximo sean respaldados por el tándem turco-israelí, como fue (hasta 2010). Eso aumenta considerablemente el peso de EEUU en la región y permite a Washington incrementar la presión sobre el régimen iraní”, dijo Sidov a RIA Novosti.
Además, de ese modo Teherán se ve privado de la posibilidad de aprovechar la rivalidad entre Ankara y Tel Aviv en su política regional.
“La restauración de la alianza turco-israelí permitirá a Washington ejercer una mayor influencia en la región. Si además se tienen en cuenta las próximas elecciones presidenciales en Irán y las sanciones financieras y económicas a las que está sometido el país, la reconciliación de Ankara y Tel Aviv puede contribuir a la desestabilización del régimen de los ayatollas”, opinó.
Sidov destacó la importancia del objetivo logrado por Obama.
“Tras el incidente de 2010, la alianza estratégica entre Turquía e Israel estaba al borde de la ruptura. Fueron retirados los embajadores, bajó el intercambio comercial y turístico. Además, Ankara renunció a la cooperación militar con Tel Aviv”, recordó el experto.
Agregó que la normalización de las relaciones entre Turquía e Israel durante dos años fue uno de los principales desafíos de la política exterior de Washington y Obama logró cumplirlo.
Al mismo tiempo, el politólogo indicó que la esperada reconciliación “le costó a Netanyahu”, porque el primer ministro fue criticado en su país por acceder a tender la mano a Ankara. Mientras, el propio dirigente israelí defiende que el restablecimiento de las relaciones con Turquía era necesario por el recrudecimiento de la crisis en Siria con la que Turquía e Israel comparten frontera.