Las autoridades rusas están dispuestas a considerar, si así se solicita, la posibilidad de que el magnate ruso Boris Berezovski, fallecido el sábado en su casa de Londres, sea enterrado en Rusia, declaró hoy el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
“Moscú estudiará la posibilidad de que Berezovski sea enterrado en Rusia, si recibe una petición al respecto”, dijo Peskov citado por la cadena Dozd. Al referirse a la figura del oligarca, indicó que fue una eminencia en los 1990, durante los mandatos presidenciales de Borís Yeltsin. “Pero no exageraría su papel en los 2000, más bien fue mínimo”, matizó.
Por otro lado, destacó el antagonismo entre el Berezovski y el presidente ruso Vladímir Putin. “Sin lugar a dudas, Berezovski fue un opositor de Putin; no solo en plan político, sino también en otras dimensiones”, sentenció el portavoz del Kremlin.
También acusó al multimillonario de financiar “actividades antirrusas y anti-Putin”. “Es bien conocido que no escatimaba medios en apoyar procesos tanto dentro del país, como en el extranjero, que podrían definirse como dirigidas contra Rusia y Putin”, afirmó Peskov, al comentar las declaraciones políticas que Berezovski hacía desde el exilio en Reino Unido.
El cuerpo sin vida de Boris Berezovski, de 67 años, fue encontrado en la mañana del sábado en su mansión de Ascot, en las afueras de Londres, por el guardaespaldas. La Policía británica abrió una investigación para esclarecer las circunstancias de su muerte, las cuales calificó de “poco claras”, mientras que distintas fuentes apuntaron a que pudo sufrir un ataque cardíaco o bien suicidarse. La prensa británica también informó que en los últimos meses el oligarca exiliado padecía de depresión, probablemente a causa de sus problemas financieros.
Muy próximo al Kremlin durante la era de Boris Yeltsin, Berezovski cayó en desgracia tras el ascenso de Putin a la presidencia rusa. En 2000, imputado en varias causas penales, optó por abandonar Rusia y se instaló en Reino Unido, convirtiéndose en uno de los críticos más feroces de Putin. Desde entonces, la Justicia rusa exigía de Londres la extradición del magnate prófugo, contra el cual ya se dictaron dos fallos en rebeldía, de 13 y 6 años, por delitos de estafa, robo y blanqueo de dinero. En 2003, un tribunal británico declinó la solicitud de extradición contra Berezovski, quien ese mismo año obtuvo asilo político en Reino Unido.