El primer monarca de la Dinastía Románov, Miguel I de Rusia, subió al trono hace 400 años. La coronación de los zares y más tarde emperadores rusos culminaba con la entrega de los símbolos del poder soberano, la corona, el cetro y el orbe. Las insignias de la Casa Románov, en una galería gráfica de RIA Novosti.

La corona, el cetro y el orbe del “Gran Atuendo” del zar Miguel I de Rusia se encuentran hoy día en la Armería del Kremlin de Moscú.

El “Gran Atuendo” del zar de Moscú y de Toda Rusia incluye una cruz de oro, una cadena, el gorro de Monómaco (la corona), una hombrera, el cetro, el orbe y otras insignias.

El gorro de Monómaco, hecho de oro, se convirtió en símbolo del poder soberano a partir del reinado de Iván III de Rusia (1462-1505).

El cetro y el orbe del zar Alejo I de Rusia.

La primera corona imperial de Rusia, elaborada para Catalina I, consorte y sucesora de Pedro I el Grande.

La Gran Corona Imperial de Rusia fue confeccionada para la coronación de la emperatriz Catalina II en 1762. Con esta corona, hecha con oro, plata, diamantes, espinela y perlas, fueron investidos del poder todos los emperadores rusos hasta el último, Nicolás II.

El cetro de Catalina II con el diamante Orlov, el más grande y famoso de las siete gemas históricas de la Colección de Diamantes del Kremlin.

Este orbe fue creado también para Catalina II pero adquirió su aspecto actual durante el reinado de su hijo, Pablo I, cuando fue incrustado con un enorme zafiro de 200 quilates y un gran diamante blanco.

La cruz de la orden de San Andrés (en la foto) es el elemento principal del Gran Collar Imperial de Rusia.

El trono es otro atributo indispensable de la monarquía rusa. El trono del palacio de Kolómenskoye (en la foto) es protegido por dos leones de oro, ejemplo sofisticado de la ingeniería del siglo 1673. Las bestias pueden rugir, abrir la boca y girar los ojos gracias al mecanismo escondido en la habitación adyacente.

El trono de Pablo I en el Palacio de Gátchina.

Un trono de Pablo I de Rusia con la cruz de la Orden de Malta de la que fue gran maestre.

El trono del último emperador ruso Nicolás II en la Casa de retiro para los emigrados rusos en Sainte-Geneviève-des-Bois, Francia.

El último emperador ruso Nicolás II en el traje de coronación, retratado por Vasili Maté.
