La derecha israelí salió debilitada de las elecciones legislativas del 22 de enero pero la alianza Likud-Beitenu será la fracción más numerosa del Parlamento, lo que coloca a su líder y actual primer ministro Benjamín Netanyahu en la mejor posición para formar el nuevo Gobierno.
Con más del 99% de los votos escrutados, Likud Beitenu se aseguró 31 escaños, un cuarto menos que en la legislatura anterior. Sin embargo, se adelantó a sus rivales en estos comicios que tuvieron una participación del 66,6%, el máximo histórico de las últimas décadas.
El debutante de las elecciones, el recién creado partido anticlerical Yesh Atid que apela a la clase media, sorprendió a todo el mundo al clasificar como segundo, con 19 escaños.
Encabezado por un ex periodista, Yair Lapid, este partido es afín al centroizquierda pero su programa apolítico tampoco le impide alianzas con la derecha.
Netanyahu, al anunciar la intención de formar el nuevo Gabinete, ya se declaró dispuesto a cooperar con la nueva formación. Por su parte, Lapid no dijo explícitamente a quién apoyará y defendió la creación de un Gobierno amplio que agrupe a las fuerzas moderadas de la izquierda y la derecha.
En el tercer lugar, con 15 escaños, se situó el partido Avoda, del centroizquierda, que ya inició consultas con otras formaciones para dejar a Likud-Beitenu al margen de la futura coalición gobernante.
De acuerdo con el escrutinio, los 120 escaños de la Knesset quedan repartidos en partes iguales entre la izquierda y la derecha.
El presidente israelí, Simón Peres, mantendrá consultas con los partidos que han superado la barrera electoral, después de lo cual escogerá a un político para formar el nuevo Gobierno que pueda asegurarse al menos 61 votos en el Parlamento. Tradicionalmente, el puesto de primer ministro se ofrece al líder del partido ganador.
Benjamín Netanyahu ya esbozó las tareas prioritarias de lo que sería su segundo mandato consecutivo, y el tercero desde 1996.
La prioridad número uno, según él, es prevenir que Irán obtenga armas nucleares. Otro objetivo importante en materia de política exterior es lograr una paz duradera con los palestinos.
Los retos domésticos serán reducir los precios, ante todo, los inmobiliarios, y proceder a un reparto más equitativo de las obligaciones sociales entre todos los sectores, en particular, decenas de miles de ultra ortodoxos que actualmente están exentos del servicio militar obligatorio.
