La noche antes de la festividad ortodoxa de la Epifanía que se celebra el 19 de enero, muchos fieles rusos se dan un chapuzón en aguas gélidas de estanques, ríos y lagos, siguiendo una tradición ancestral que se remonta a los tiempos de la cristianización de Rusia.

La noche antes de la festividad ortodoxa de la Epifanía que se celebra el 19 de enero, muchos fieles rusos se dan un chapuzón en aguas gélidas de estanques, ríos y lagos, siguiendo una tradición ancestral que se remonta a los tiempos de la cristianización de Rusia.

Este viernes, en vísperas de la Epifanía ortodoxa, el Patriarca de Moscú y Toda Rusia Kiril ofició en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú el tradicional rito de la Gran Bendición del Agua.

Para el rito, se llenó con agua un depósito especial de cuatro toneladas. Tras oficiar la bendición, el máximo jerarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa y otros sacerdotes asperjaron a los fieles congregados en la catedral.

Muchos de los que acuden a los templos, llevan botellas de plástico para llenarlas con agua bendita.

Todos los años en vísperas de la Epifanía, en la entrada de las iglesias se forman largas colas de fieles que quieren proveerse de agua bendita para todo el año.

El agua bendita se toma en ayunas y en pequeñas cantidades y se usa para bendecir viviendas y locales de trabajo.

La víspera de la Epifanía y el día de la fiesta son los dos únicos días del año en los que en las iglesias ortodoxas se oficia el rito de la Gran Bendición del Agua. Tras la liturgia de la Epifanía, los sacerdotes también bendicen los estanques, ríos y lagos próximos a los templos.

Según estimaciones del Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia, este año unos 800.000 participarán en los tradicionales baños de la Epifanía

El año pasado, en Rusia se habilitaron 2.600 lugares para practicar el peculiar rito.

En los lugares donde se celebran los baños de la Epifanía siempre hay socorristas y médicos, así como cocinas de campaña que ofrecen a los bañistas comida y té caliente.
