El Parlamento de Grecia aprobó anoche el presupuesto para 2013 que prevé recortes por 9.400 millones de euros y la caída del PIB nacional del 4,2% y que viene a ser la última de las medidas exigidas por los acreedores internacionales del país heleno a cambio del nuevo tramo de rescate.
El presupuesto para el próximo año fue ratificado tan solo varios días después de que Atenas aprobara recortes por valor de 13.500 millones de euros que se llevarán a cabo en los próximos tres años, empeorando la recesión económica.
El primer ministro y líder de la centroderecha, Antonis Samaras, prometió a los diputados que éstas serán las últimas medidas de austeridad que adopta el país y que las pensiones y los salarios recortados recuperarán el nivel anterior a la crisis una vez que Grecia la supere.
Aseguró además que ya hay luz verde para el próximo tramo de rescate y que el “dinero llegará a tiempo”. Por su parte, el titular de Finanzas, Yannis Sturnara, indicó que esta tanda de ayuda se pagará lo antes posible, puesto que ahora, con el presupuesto aprobado, “nadie podrá afirmar que Grecia no cumple con sus obligaciones”.
No obstante, el país heleno aún podría tardar semanas en acceder a los 31.500 millones de euros del nuevo tramo, debido a ciertas discrepancias entre los acreedores, la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional, sobre el futuro del rescate griego.
Ante ello, Atenas anunció que intentará captar 3.000 millones de euros en letras a uno y tres meses para abonar 5.000 millones en concepto de las obligaciones anteriores que vencen el próximo 16 de noviembre. De no hacerse este pago, el país se iría a la quiebra.
