Hace 75 años, las estrellas de cristal de rubí coronaron las torres del Kremlin de Moscú.

En la década de los 1930, cinco torres del Kremlin moscovita, Borovítskaya, Troitskaya, Spásskaya, Nikólskaya y Vodovzvódnaya, se coronaron con estrellas de cinco puntas que reemplazaron las águilas bicéfalas zaristas.

La primera estrella se instaló en la torre Spáskaya en 1935 y más tarde otras cuatro adornaron las torres Nikólskaya, Borovítskaya y Troitskaya. Dos años después estas primeras estrellas hechas de piedras preciosas se sustituyeron por otras de cristal de rubí. Ese mismo año 1937 el símbolo comunista fue colocado también sobre la torre Vodovzvódnaya que hasta entonces no había lucido ningún signo distintivo de Estado.

Las estrellas están hechas de varias capas de cristal que tienen un grosor de entre 4 y 6 milímetros cada una. La capa inferior es de cristal blanco, la media de transparente y la exterior de cristal de rubí. Las bombillas instaladas dentro no se apagan nunca, ni de día ni de noche.

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© Foto : Gabinete de prensa del Servicio Federal de Protección de Rusia
Están dotadas de un mecanismo que las hace girar si hay viento fuerte y colocarse de costado respecto a la corriente de aire. De esta forma, se evita que las estrellas se desplomen con una racha de viento.

El correcto funcionamiento de las estrellas se garantiza a través de un panel de control.

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© Foto : Gabinete de prensa del Servicio Federal de Protección de Rusia
Cuando una tormenta de hielo azotó Moscú hace dos años, en las estrellas se formaron enormes carámbanos que alcanzaron los tres metros de largo en las torres Spáskaya y Nikólskaya.

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© Foto : Gabinete de prensa del Servicio Federal de Protección de Rusia
Los carámbanos se eliminaron con la ayuda de dispositivos telescópicos de unos 10 metros.

La revisión y las labores de mantenimiento técnico se realizan una vez cada cinco años. Las estrellas tuvieron que someterse a una reparación importante solo en una ocasión, tras la II Guerra Mundial durante la que sufrieron impactos de balas y metralla. En 1945 fueron desmontadas para la restauración y volvieron a lo alto de las torres un año después.

Las bombillas de las estrellas se fabrican con una tecnología especial. Puesto que para reemplazarlas se debe seguir un procedimiento muy complejo, los especialistas procuraron alargar al máximo su vida útil.

En los 75 años de su historia, las estrellas del Kremlin han dejado de brillar solo en dos ocasiones. Durante la II Guerra Mundial, fueron apagadas y cubiertas con lona. Su segundo “apagón” ocurrió varias décadas después, a finales de los 1990, cuando en la Plaza Roja se rodó una secuencia de la película “El barbero de Siberia”, del famoso director ruso Nikita Mijalkov y ambientada en la época zarista.
