Queda algo menos de una semana hasta las elecciones presidenciales en Estados Unidos, un evento intenso en sí que se vio adicionalmente complicado por los estragos que le está causando a la costa Este del país el huracán ‘Sandy’.
¿Qué es lo que ocurre en Estados Unidos una semana antes de las elecciones?
Los planes de los candidatos a la presidencia tuvieron que someterse a correcciones por los efectos del desastre natural, el huracán ‘Sandy’ que está azotando en estos momentos la costa Este del país. El pasado lunes en Washington y Nueva York se suspendieron las clases en los colegios, se cerraron algunas líneas del metro y para los funcionarios se declaró día no laboral. Hubo interrupciones en el funcionamiento de los trenes de cercanías y retrasos de los vuelos aéreos. Los habitantes de las zonas inundadas fueron evacuados.
En los comercios hay escasez de víveres, la gente está creando reservas de comida y agua potable. Parecen imágenes del pasado soviético y no Estados Unidos, símbolo del capitalismo y la abundancia.
¿Qué hacen los candidatos?
Barack Obama suspendió los encuentros con los electores de Virginia y Colorado, dos Estados donde la correlación de fuerzas todavía no queda clara y optó por quedarse en la Casa Blanca para seguir las operaciones de rescate. Los expertos difieren en sus opiniones sobre los beneficiados por estas nuevas circunstancias y las cantidades de votos adquiridos o perdidos por los pretendientes al puesto del presidente.
Así, Maryland suspendió la votación anticipada que había empezado el sábado anterior y debía durar hasta el próximo jueves. Este Estado apoya tradicionalmente a los demócratas, pero en cuanto a Virginia, todavía no se sabe nada, pero todo parece indicar que de momento lideran los demócratas. Y dada la situación, es más políticamente rentable demostrar desde la Casa Blanca lo eficiente que es la lucha contra el devastador huracán que intentar llegar a los electores por carreteras inundadas.
El país todavía recuerda como el huracán Katrina en su momento causó severos daños a la imagen de George Bush hijo: miles de víctimas mortales y personas damnificadas pusieron de manifiesto la completa ineficiencia de los sistemas de aviso sobre desastres naturales y del funcionamiento de los servicios del rescate. Hubo que realizar una reforma de los organismos competentes, pero los analistas no dejan de preguntarse si ‘Sandy’ traerá o quitará puntos a Barack Obama.
¿Cuáles son las razones de las críticas dirigidas a los candidatos?
Muchos coinciden en que los estragos del huracán no tendrán graves secuelas en la correlación de las fuerzas, a no ser que llegue a ocurrir algo imprevisto y profundamente dramático que cambie toda la situación. Los debates ideológicos suelen ser inmunes a los partes meteorológicos, teniendo que ver con fundamentales discrepancias en las posturas. Ambos partidos coinciden en los aspectos fundamentales para la sociedad estadounidense, es decir, las libertades, la competencia, la propiedad y la iniciativa privadas. Los puntos de desacuerdo son la distribución justa de los ingresos y el límite que ha de separar la iniciativa privada de la ayuda por parte del Estado.
El conjunto de medidas de estímulo económico por un monto total de más de 800.000 millones de dólares que la Administración de Obama logró aprobar en el Congreso a principios de 2009 sigue siendo motivo de debates. No hay opinión común sobre si ha sido por el bien de la nación o ha representado el primer paso hacia el socialismo.
Defensores de la economía liberal recuerdan que precisamente dichas medidas permitieron evitar en pleno apogeo de la recesión el pronosticado 12% del paro y preservar varios millones de puestos de trabajo. Se animó el sector de la construcción, en muchos Estados empezaron las obras de las carreteras y las autopistas. La reforma de la esfera de sanidad, uno de los principales avances de la presidencia de Obama, un logro inalcanzable incluso para Bill Clinton, redujo los índices generales de la pobreza y concedió acceso a la asistencia sanitaria y a los medicamentos a aquellas capas de la población que antes no se lo podían permitir. Los nuevos mecanismos de la regulación del sector financiero dieron esperanzas de que en el futuro no habrá gigantescas “pompas de jabón”, organismos no pertenecientes al sector bancario que manejen miles de millones de dólares.
Y estas son las razones de las críticas a las que someten a Obama los republicanos: se le acusa de atentar contra el orden habitual de las cosas, aumentar el papel del Estado en la distribución y cuestionar de esta forma el principio de la iniciativa privada. Curiosamente, los propios estadounidenses que hace cuatro años no descartaban la idea de una mayor influencia de las estructuras estatales en sus vidas, en estos momentos tienden a pensar lo contrario. De acuerdo con los sondeos llevados a cabo por Pew Research Center, el 46% de los encuestados en 2008 frente al 56% de los encuestados en 2012 se pronuncian por la reducción de la intervención estatal.
La economía sigue siendo el factor clave en la evaluación de los candidatos por los electores, no obstante hay que reconocer que en comparación con Europa la situación en Estados Unidos parece más estable. Lo que no significa que siga siendo así.
¿Qué habría que esperar de la economía?
Antes que nada, el problema del enorme déficit presupuestario que por poco provoca el año pasado la suspensión de pagos, todavía no ha recibido solución. Era la primera vez que EEUU se han acercado tanto al precipicio, incluso en los difíciles años que siguieron a la revolución de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX las mejores mentes de la época se preocuparon por que el país cumpliera con sus obligaciones ante los acreedores extranjeros, sabiendo cómo afectaría una suspensión de pagos a la imagen del país. De modo que después de las elecciones en el Congreso se abrirán acalorados debates sobre el ajuste del presupuesto aprobado el año pasado.
Al mismo tiempo, la dependencia de la economía de Estados Unidos de la europea y la china no deja mucha libertad de maniobra. Muchos economistas avisan de que la ralentización de los ritmos del crecimiento económico de China, sobre todo, si se llegan a situar por debajo del 6% anual tendrá efectos negativos en todas las economías mundiales.
¿Quién jugará el papel decisivo?
En estos momentos se está luchando literalmente por cada voto. De hecho, serán tres Estados, Virginia, Florida y Ohio, los responsables de la decisión final que no dudan en cambiar sus preferencias políticas en función del carisma del candidato y lo prometedor que resulte su programa. En otros Estados la correlación de las fuerzas todavía no puede ser evaluada con exactitud, son Pensilvania, según algunos analistas, Nuevo México, según otros y Carolina del Norte y Michigan, según los terceros.
¿Qué nombres figuran en las papeletas electorales?
En las papeletas figuran, de acuerdo con la normativa local, los nombres de los candidatos o de sus compromisarios. Puede cumplir la función de éstos cualquier ciudadano considerado digno, a excepción de los miembros del Congreso y los funcionarios públicos. Cada Estado nombra a tantos delegados como miembros del Senado y Congreso tiene. Así, California cuenta con 55 compromisarios y Wyoming, Alaska y Montana, solamente tres.
¿Por qué las elecciones siempre se celebran los martes?
¿Cuál es la razón de que las elecciones en Estados Unidos nunca se fijen para el fin de semana, sino para los martes? Así se decretó por los Padres Fundadores, era por los caminos y la Iglesia: los domingos todos estaban en las iglesias y no siempre eran capaces de acudir los lunes a los colegios electores, debido a las distancias y al mal estado de los caminos. De modo que los diseñadores de la Constitución fijaron el martes como el día de la votación.
¿Y por qué precisamente en noviembre?
La recolecta de la cosecha ya ha acabado y los caminos todavía se mantienen sin barro ni nieve, de modo que no presenta mayor dificultad dejar las casas para acudir a las urnas.
¿Qué ocurrirá después de la votación?
En diciembre, en concreto el día 17, los compromisarios se reunirán en sus respectivos Estados para votar a los candidatos a la presidencia. Formalmente no están obligados a emitir el voto a favor del candidato al que eligieron sus propios votantes. En el siglo XIX ocurría con frecuencia que los compromisarios votaban por el candidato rival. Pero eso no suele pasar en nuestros días. Los compromisarios son generalmente personas de peso en sus propios partidos, de modo que no tienen motivos para votar en contra de su futuro.
Se reúnen, pero nunca todos juntos para evitar de esta forma el uso de los instrumentos de coerción administrativa, votan y se dispersan. Los resultados son enviados a Washington. El 6 de enero el Congreso se reunirá en la sesión conjunta para el escrutinio. El 20 de enero acabará el mandato del actual presidente del país y se celebrará la ceremonia de inauguración del recién elegido.
¿Cuándo la minoría lo decide todo?
En la actualidad, si la diferencia entre el número de los votos emitidos por cada candidato es significativa, el ganador es determinado ya al día siguiente. Sin embargo, el procedimiento formal sigue en vigor y a veces resulta muy importante. En cuatro ocasiones a lo largo de la Historia nacional ha ocurrido que el candidato que reunió más votos de los electores no fue elegido por los compromisarios: la primera vez fue en 1824 y la última, en 2000, cuando Albert Gore perdió contra George Bush hijo.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI