Milicianos del movimiento radical Talibán envenenaron a siete agentes de policía y se apoderaron de sus armas en el sur de Afganistán, informó hoy la agencia afgana Pajwak.
El incidente se produjo en un puesto policial en la provincia de Helmand. Después de la cena, siete agentes de las fuerzas de seguridad se sintieron mal y fallecieron. Luego, los talibanes penetraron en edificio y se llevaron todas las armas y municiones que encontraron allí.
El Ministerio del Interior creó una comisión especial encargada de investigar las circunstancias de la muerte de los agentes.
Según está previsto, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) bajo el mando de la OTAN y el contingente multinacional al mando de EEUU deberán abandonar Afganistán antes de fin de 2014.
Tras la retirada de las tropas aliadas, la Policía y el Ejército afgano asumirán la totalidad de las competencias de seguridad nacional y además pasarán a disponer de unas 1.300 bases militares, incluidas las bases avanzadas de operaciones.