Rusia no recibió información alguna sobre la carga incautada en el avión sirio procedente de Moscú que la Fuerza Aérea de Turquía obligó a aterrizar el pasado miércoles en Ankara, informó una fuente del Ministerio ruso de Exteriores.
Tampoco han sido notificados los motivos, detalles y circunstancias del decomiso realizado, agregó.
“La embajada rusa ha instado en reiteradas ocasiones a Turquía a que se le facilite esta información, y continúa insistiendo en ello. Esperamos que se haga en breve”, indicó la fuente.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró anoche que al avión interceptado transportaba carga militar procedente de una empresa rusa relacionada con el sector de Defensa.
Ante estas declaraciones, los principales organismos rusos responsables de exportaciones militares, el Servicio Federal de Cooperación Técnico-Militar y Rosoboronexport, negaron hoy tener relación alguna a la carga intervenida y afirmaron no disponer de información sobre su procedencia ni contenido.
Entretanto, el diario Kommersant informó este viernes que se trata de 12 cajas con piezas para radares del Ejército sirio, así como la respectiva documentación tecnológica. Las fuentes citadas por el rotativo afirmaron que la mercancía no requería ningún trámite o inspección especial, porque no es peligrosa y su envío no vulnera las leyes internacionales.
Algunos medios rusos comunicaron además que las autoridades turcas probablemente disponían de información sobre la carga del avión sirio, por lo que decidieron interceptarlo y llevar a cabo un registro a bordo.
De acuerdo a estas informaciones de la prensa rusa, el Servicio Federal de Seguridad prevé llevar a cabo una investigación para esclarecer si hubo filtraciones desde las entidades rusas implicadas en el envío. Un portavoz del organismo consultado por RIA Novosti se negó a ofrecer comentarios al respecto.
El pasado miércoles, varios cazas F-16 de la Fuerza Aérea turca obligaron a aterrizar un avión de pasajeros sirio que cubría la ruta entre Moscú y Damasco. La aeronave, un Airbus A-320 con 35 pasajeros a bordo, pudo continuar el vuelo a la capital siria tras ocho horas de registro a bordo.
Rusia exigió explicaciones a Turquía por este incidente, acusándola de “poner en peligro la vida y la seguridad” de 17 ciudadanos rusos que viajaban a bordo del avión interceptado.
