El ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al Mualem, negó hoy que el conflicto armado en su país haya atravesado la línea roja.
“Todavía no hemos pasado en este conflicto a la fase de una guerra étnica, religiosa o civil”, afirmó el canciller sirio en una entrevista con la televisión libanesa Al Mayadin.
Aseguró que “el Ejército se enfrenta a las milicias conformadas mayoritariamente por terroristas”, y subrayó que las discordias religiosas y étnicas son ajenas a la cultura y a las tradiciones del pueblo sirio.
“Es un fenómeno novedoso que los americanos han traído a nuestra región tras invadir Irak” en 2003, dijo.
Preguntado por la misión de paz de Lakhdar Brahimi, el nuevo enviado de la ONU y la Liga Árabe para Siria, destacó que “la llave para su éxito está no sólo en Damasco sino también en los países vecinos que proporcionan albergue, armas, ayuda financiera y mediática a las milicias que perpetran actos de violencia en Siria”.
Si estos países y EEUU siguen prestándoles apoyo, Brahimi “tropezará con los mismos problemas que su antecesor Kofi Annan”, advirtió.
Al intervenir este lunes ante la Asamblea General de la ONU, Al Mualem exhortó a todos los países miembros a “ejercer la presión” para cesar tal ayuda y llamó a la oposición nacional a entablar negociaciones para frenar al derramamiento de sangre en Siria.
El conflicto en Siria causó más de 20.000 víctimas desde marzo de 2011, según la ONU.