La prohibición de crear partidos regionales en un país multiétnico como Rusia es justificada en la etapa actual, afirmó el jueves el presidente del Tribunal Constitucional (TC), Valeri Zorkin, saliendo al paso de la Comisión Europea para la Democracia por el Derecho, también conocida como Comisión de Venecia, que critica las leyes rusas de elecciones y partidos políticos.
La creación de partidos a partir de criterios regionales, étnicos o religiosos puede dividir la sociedad e incluso desatar una guerra civil, lo que tendría consecuencias desastrosas en un país nuclear como Rusia, advirtió Zorkin al intervenir ayer en una conferencia internacional organizada en San Petersburgo para analizar el papel de los partidos políticos en la sociedad democrática.
“Todos recordamos las trágicas consecuencias del desfile de las soberanías”, afirmó el jefe del TC al referirse a las tendencias centrífugas que siguieron al colapso de la URSS, a principios de los años 1990. “Vimos los intentos de la élite regional de empujar al Estado hacia tratados federativos, e incluso hacia una confederación. En estas condiciones, el instituto de partidos regionales puede convertirse en una mecha para que estallen conflictos étnicos y hasta una guerra civil”, dijo. Huelga explicar lo que puede costar al mundo semejante evolución de acontecimientos en un país dotado de armas nucleares.
Las peculiaridades históricas, sociales y culturales de Rusia, a juicio de Zorkin, son el principal motivo para desoír algunas recomendaciones de la Comisión de Venecia que en primavera pasada lanzó duras críticas contra la legislación rusa en materia electoral y de partidos políticos.
Expertos europeos criticaron entonces la prohibición de crear partidos por criterios étnicos o religiosos, así como de partidos regionales. Según la Comisión de Venecia, estas limitaciones podrían empujar a los sectores que no encuentran una “representación democrática a sus ideas” a solucionar los problemas por medios “antidemocráticos”.
A juicio de Zorkin, Rusia tiene el derecho a que sus problemas específicos “sean tenidos en cuenta en el proceso de formación de los estandartes europeos”, y a su vez, el modelo político partidista de Rusia ha de tener en cuenta las experiencias históricas, sociales, culturales, étnicas y religiosas de otros países europeos.
Al mismo tiempo, el jefe del TC admitió que la prohibición de partidos regionales podría levantarse en el futuro.
Un activista de la oposición rusa, Vladímir Rizhkov, citado hoy por el diario Kommersant, recordó entretanto la experiencia del País Vasco y de Escocia, donde hay partidos claramente nacionalistas pero con representación parlamentaria, o el caso de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) que funciona en Alemania desde 1945.
“¿Por qué ellos pueden y nosotros, no?”, inquirió.
Rizhkov considera que las leyes han de castigar a personas concretas, si cometen actos extremistas, y no usar reivindicaciones políticas como el cambio de la Constitución o el independentismo como motivos para denegar el registro a un partido. “No son más que opiniones y hay que proteger la libertad de opinión”, subrayó.