El 14 de septiembre de 1902 en la siberiana ciudad de Irkutsk nació Nikolái Kámov, ingeniero y diseñador de helicópteros.
Promotor de una nueva única, quien fundó una escuela de diseño de helicópteros que hasta ahora representa una marca de calidad dentro del sector.
El primer helicóptero
Tras terminar en 1923 sus estudios de ingeniería en el Instituto Tecnológico de Tomsk (Siberia, Rusia), Kámov construyó en 1929, junto a Nikolái Skrzhinski, el primer autogiro soviético: el Ingeniero Rojo. Era un híbrido entre el aeroplano y el helicóptero, y los autogiros desarrollados en base de este primer prototipo se incorporarían en el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial ganándose muy buen fama.
Pero Nikolái Kámov estaba obsesionado con los helicópteros. Tras terminar la guerra (1945) el ingeniero se volcó en el diseño de los helicópteros para la aviación naval. Era una tarea más que complicada pero Kámov tenía una gran idea que no tardó en plasmar en la realidad.
En 1945 presentó su primer helicóptero, el Ka-8. Era un pequeño helicóptero ultraligero, de un solo asiento y pionero en el uso de los famosos rotores coaxiales, un tipo de configuración que es característica de los helicópteros producidos por Kámov.
A lo largo de los años siguientes Kámov diseña otros modelos, entre los cuales los más conocidos son los Ka-10, Ka-15, el primer helicóptero naval, y el Ka-25 (un aparato, que dio problemas, pero tuvo una larga y distinguida historia de servicio en las Armada soviética)
El 24 de noviembre de 1973, Nikolái Kámov falleció. Justo un mes después, el 23 de diciembre, levantó su primer vuelo el modelo experimental del helicóptero con el código 252, la última gran obra del diseñador Kámov. Este aparato, el Ka-27, se convertirá en insignia de la aviación naval de la URSS y servirá de prototipo para el helicóptero militar de transporte Ka-29, el de uso civil Ka-32, y el de vigilancia Ka-21.
El secreto de la casa
Todos estos aparatos presentaban las características típicas de todos los modelos Kámov que les siguieron: los dos rotores coaxiales contrarrotativos que evitan el uso de un rotor anti-par (que reduce las prestaciones del aparato), disminuyendo los riesgos de lesiones del personal de tierra.
Se había intentado en muchas ocasiones usar los rotores coaxiales pero fueron los helicópteros de Kámov los primeros que se produjeron en serie con este tipo de configuración. Además, fue una solución ideal para los helicópteros navales cuya operatividad depende de las dimensiones de la hélice. Esta solución dio lugar a toda una filosofía del diseño de helicópteros.
Es por eso que los aparatos de Kámov son reconocibles a primera vista: cortos, cuadrados, desgarbados. Basta comparar el musculoso Ka-50 con el esbelto Mi-28, el helicóptero de la misma clase que le hace competencia.
A propósito de la competencia, entre el fabricante de los Mi, la Fábrica de helicópteros Mil de Moscú, y el de los Kámov nunca ha habido muchas tensiones, aunque en ocasiones no se pudieron evitar confrontaciones. La Fábrica de Mil insinúa que el fabricante de los Kámov hizo suspender el proyecto del helicóptero anfibio Mi-14 presentando el proyecto de un aparato igual que nunca llegó a realizarse.
Otro conflicto fue servido cuando los diseñadores de los Kámov se adentraron en un sector para ellos desconocido presentando el prototipo del Ka-50, Tiburón Negro (Black Shark), que se convirtió en una leyenda de la aviación de ejército.
Solo se puede conjeturar ahora que habría pasado si la difícil década de los 1990 no hubiera obligado al gobierno ruso a suspender los pedidos militares de los nuevos aparatos de asalto. Pero, sea como fuera, todas las posibles controversias de los fabricantes de helicópteros competidores están acabadas.
Bajo el mismo techo
En las inmediaciones de la Fábrica de helicópteros Mil al este de Moscú se están erigiendo nuevos edificios del Centro de Ingeniería de la corporación Helicópteros de Rusia que ha unido a los diseñadores de la fábrica de Mil y de los Kámov.
En el marco de la reforma militar que se lleva a cabo en Rusia, se procedió a fusionar a todas las oficinas de diseño y los fabricantes de helicópteros. Sin embargo, es de suponer que las tendencias y tradiciones de cada escuela persistirán, ya que son más conservadoras que el Ejército y la Iglesia. Es por eso que las siluetas de los buques de diferentes naciones evidencian su procedencia. Lo mismo sucede con los helicópteros. Nada más ver el contorno característico se le ocurrirá a cualquiera el nombre de Kámov. Un Ingeniero con mayúscula que dejó huella en la Historia.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
