El primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, se pronunció hoy en contra de mantener en prisión a tres integrantes del grupo Pussy Riot pero confesó sentirse asqueado con la “oración punk” que ellas realizaron en la Catedral de Cristo el Salvador de Moscú, en febrero pasado, y que les valió una sentencia de dos años de cárcel por gamberrismo.
“Me parece improductivo prolongar la estancia carcelaria en este caso. A mi modo de ver bastaría con libertad condicional, habida cuenta del tiempo que ya pasaron en prisión”, declaró Medvédev al reunirse este miércoles con activistas del partido oficialista Rusia Unida en la ciudad de Penza.
El primer ministro, quien es líder de esta formación política, habló también del aspecto emocional del caso, tema que nunca había mencionado hasta la fecha.
“Estoy asqueado con lo que han hecho (las Pussy Riot), con sus apariencias y con la histeria que rodea el caso. Simplemente me repugna hablar de eso”, dijo.
Reiteró que “el castigo que han recibido ya, la reclusión carcelaria durante un período considerable son suficientes para que piensen en lo que ha sido de sus vidas por su propia tontería o por algunas otras razones”.
Tres integrantes del grupo Pussy Riot - Nadezhda Tolokónnikova, María Aliojina y Ekaterina Samutsévich - fueron condenadas el 17 de agosto a dos años de prisión tras haber cantado, en febrero pasado, una “oración punk” que incluía expresiones “Mierda bendita” y “Virgen, echa a Putin” en la Catedral de Cristo el Salvador. La Justicia rusa calificó su actuación de “gamberrismo por motivos de odio religioso”. Ellas afirmaron que fue una protesta política.