Diecisiete de los 38 miembros del Consejo de derechos humanos adjunto al presidente de Rusia cuestionaron hoy la legitimidad del veredicto contra tres integrantes del grupo Pussy Riot que interpretaron una “oración punk” en la moscovita Catedral de Cristo el Salvador, en febrero pasado.
“La condena moral de un acto escandaloso que viola las normas de conducta en una institución religiosa no elimina la interrogante de si es legítima la sentencia emitida, ni si es equitativo y humano el castigo impuesto”, consta en su declaración que se hizo pública este viernes.
Los firmantes, entre ellos, la famosa defensora de derechos humanos Ludmila Alexéieva y el politólogo Ígor Yurguens, señalan que la sociedad no puede quedarse indiferente “cuando el derecho penal se extiende a acciones que, según la ley, comportan únicamente las sanciones administrativas”.
Nadezhda Tolokónnikova, María Aliojina y Ekaterina Samutsévich, fueron condenadas el 17 de agosto a dos años de prisión por “gamberrismo”, tras haber celebrado una “oración punk” que incluía expresiones “Mierda bendita” y “Virgen, echa a Putin” en la iglesia más importante de Moscú.
Los signatarios de la declaración preguntan, en particular, por qué a las tres sentenciadas se les impuso una misma pena carcelaria, y por qué no las dejaron en libertad con cargos.
El Consejo para el desarrollo de la sociedad civil y los derechos humanos, adjunto al presidente de Rusia, es un organismo consultivo que funciona desde 2004.
El caso Pussy Riot provocó fuertes repercusiones dentro y fuera de Rusia. Varios políticos rusos y occidentales calificaron la sentencia de “desmesurada”. Las Pussy Riot recibieron también muestras de solidaridad por parte de grandes estrellas del mundo del espectáculo, entre ellas, Madonna, Paul McCartney, Sting, Peter Gabriel, Danny deVito y Stephen Fry.
