Moscú acusa a Occidente de instigar a la oposición siria a librar lucha armada contra el gobierno de Bashar Asad, dice un comentario de la cancillería rusa publicado este miércoles en su web.
“Los países occidentales no han hecho nada hasta ahora para inducir a la oposición a entablar diálogo con el Gobierno. Al contrario, la instigan a proseguir la lucha armada. Pero tal método no sirve para alcanzar una solución política de la crisis”, se señala.
Los integrantes del Grupo de Acción para Siria en el comunicado final de su reunión en Ginebra se comprometieron a trabajar tanto con el Gobierno de Siria como con la oposición, con el fin de acercar la reconciliación entre las partes.
Rusia, al guiarse por estos principios, propuso en Nueva York emitir una declaración breve del Grupo de Acción instando al Gobierno de Siria y a todos los grupos de la oposición a cesar las hostilidades en la mayor brevedad posible, designar a los negociadores y entablar el diálogo.
Pero los Estados occidentales no desearon ni analizar la posibilidad de emitir tal documento. Además, declararon que los acuerdos de Ginebra ya caducaron. Acusaron a Rusia de hacer fracasar los esfuerzos que desarrolla el Consejo de Seguridad de la ONU para arreglar la crisis siria. “Es una posición farisaica”, indica la cancillería rusa.
Moscú cumple el compromiso asumido, trabaja con el Gobierno sirio y con la oposición. El canciller Serguéi Lavrov se reunió la víspera con una delegación del Gobierno de Siria, en que la parte siria volvió a confirmar su disposición a dialogar con la oposición.
Podría servir de base para tal diálogo la iniciativa que el Comité de Coordinación Nacional (CCN) promovió hace una semana: el cese del fuego por ambas partes, la liberación de todos los presos y rehenes y la garantía de que la ayuda humanitaria puede llegar a todos los sirios que la necesiten, independientemente de su orientación política.
El CCN es importantísimo grupo de la oposición siria, integrado por todas las fuerzas que se pronuncian a favor de realizar transformaciones democráticas con métodos pacíficos.
El conflicto en Siria dura desde marzo de 2011y ya se cobró unas 17.000 mil vidas, según datos de la ONU. Los países occidentales y algunos árabes insisten en la destitución del presidente Asad, sosteniendo que con eso se pondría fin a la violencia. Pero Rusia y China temen que tal desarrollo de la situación provoque una guerra civil y hasta un conflicto regional. Las autoridades sirias a su vez declaran que los rebeldes reciben apoyo desde el exterior.