La Policía Nacional de España detuvo el pasado martes en Granada al activista ruso Petr Silaev, reclamado por la Fiscalía de su país por haber participado en el multitudinario asalto a la sede del ayuntamiento de Jumki (Moscú) en julio de 2010.
El arresto de Silaev fue hecho público por la defensora de derechos humanos Oksana Chelysheva, residente en Finlandia, país que, según ella, concedió asilo a Silaev, de 27 años, y le autorizaron a cambiarse de nombre.
En su página de Facebook, la activista denunció que la detención se produjo a pesar de que el joven contaba con un certificado de cambio de nombre expedido por las autoridades finlandesas.
Según informaciones de Chelysheva, mañana, jueves, el detenido será trasladado a Madrid y puesto a disposición de la Audiencia Nacional que decidirá si autoriza su extradición a Rusia.
Por su parte, la Dirección General de la Policía española comunicó a RIA Novosti que el ciudadano ruso “fugitivo” es buscado por su país por “actividades relacionadas con la tenencia de armas y explosivos por hechos sucedidos en Rusia”.
Junto a varios centenares de otros jóvenes de ideología antifascista y anarquista, Petr Silaev participó hace dos años en un ataque contra la sede del ayuntamiento de Jimki, una localidad vecina de la capital rusa. Los asaltantes lanzaron piedras, botellas, bengalas y bombas de humo contra el edificio e incluso efectuaron varios disparos con pistola no letales.
Los manifestantes pertenecían a una plataforma ciudadana contra el proyecto de construcción de la nueva autovía entre Moscú y San Petersburgo que preveía una importante deforestación del bosque de Jimki, un importante área forestal que forma parte del llamado Cinturón Verde de Moscú.
Este proyecto, surgido aún a mediados de los 2000, causó gran controversia entre la población de Jimki y generó una ola de protestas a la que también se sumaron ecologistas de otras zonas del país. De hecho, el asalto al ayuntamiento de Jimki se produjo dos semanas después de que empezara la tala del bosque que no habían logrado impedir numerosas manifestaciones pacíficas.
No obstante, las polémicas obras fueron suspendidas un mes más tarde, a finales de agosto de 2010, por una orden expresa del entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev, quien encargó someter el proyecto a un debate público y a un nuevo examen pericial.
De esta forma, el movimiento en defensa del Bosque de Jimki se convirtió en un hecho casi sin precedentes en la Rusia moderna, donde una sociedad civil emergente sólo está haciendo los primeros pasos hacia el verdadero control ciudadano. Además, algunos de los activistas de la plataforma, como su líder Evguenia Chírikova, también engrosaron las filas de la oposición rusa.
Chírikova aspira también a la alcaldía de la localidad, que vuelve a acaparar la atención mediática a falta de dos meses de los comicios municipales. El puesto quedó vacante después de una reunión entre el hasta ahora primer edil, Vladímir Strélchenko, y el nuevo gobernador de la provincia de Moscú, Serguei Shoigu, carismático ex ministro de Situaciones de Emergencia.
Aunque los motivos oficiales de la renuncia no trascendieron, Shoigu tenía razones para estar molesto con Strélchenko, a quien la prensa rusa relaciona con varios escándalos en torno al polémico proyecto de la autovía, como agresiones brutales contra dos defensores del Bosque de Jimki, el periodista Mijaíl Beketov y el ecologista Konstantin Fetisov.