Una foca gris del Báltico desde hace un mes vive en una de las playas de la provincia rusa de Kaliningrado. Los ecólogos piden a los lugareños no molestar al animal y no darle de comer “pan y embutidos”.
Una foca gris del Báltico desde hace un mes vive en una de las playas de la provincia rusa de Kaliningrado. Los ecólogos piden a los lugareños no molestar al animal y no darle de comer “pan y embutidos”.
La foca resultó ser bastante sociable y fijó su lugar de residencia en una playa concurrida que a diario visitan centenares de personas para descansar, hacerse fotos con el animal y alimentarlo, pese a la advertencia de especialistas.
Para los lugareños más sensibilizados con el destino de la foca, las autoridades redactaron unas reglas de comportamiento con esos mamíferos.
Así, los especialistas recuerdan que está prohibido alimentar a las focas y devolverlas al mar, cuando descansan sobre la arena de la playa.
La foca gris del Báltico figura en el Libro Rojo de especies amenazadas de Rusia. Solo una institución del país eslavo – el parque zoológico de Kaliningrado – se dedica a la conservación y reproducción de los ejemplares de la especie.
