Los servicios de inteligencia británicos ayudan a la oposición armada siria en su lucha contra el régimen del presidente Bashar Asad proporcionándole información sobre movimientos de las tropas gubernamentales, escribe este domingo el diario británico The Sunday Times.
El rotativo recoge las declaraciones de un portavoz del rebelde Ejército Libre de Siria (ELS), quien aseguró que el Gobierno británico conoce la totalidad de las informaciones transferidas a la oposición siria y aprueba este tipo de ayuda.
“La inteligencia británica realiza sus operación desde Chipre. Los británicos pasan la información a los turcos y estadounidenses y nosotros la recibimos de los turcos”, aseveró la fuente.
Según el portavoz del ELS, uno de los frutos más importantes de esta colaboración entre las fuerzas rebeldes y los servicios secretos británicos fue la información sobre movimientos de las tropas sirias en Alepo, la cual ayudó a los rebeldes a mantener el control de algunas zonas de la ciudad.
“Los británicos hacen seguimiento de las informaciones sobre movimientos del Ejército, por lo que recibimos información sobre los refuerzos que avanzaban hacia Alepo. Atacamos con éxito las tropas gubernamentales en Idlib y Sarakib, al suroeste de Alepo”, afirmó.
Londres declaró en reiteradas ocasiones que considera el apoyo a la oposición como la medida más eficaz contra el régimen sirio, ante la imposibilidad de aprobar una resolución de condena en la ONU.
Al mismo tiempo, el Gobierno británico descartó por completo el suministro de armas y material bélico a los rebeldes.
La ofensiva contra Alepo, la segunda mayor ciudad de Siria y su capital económica, se desarrolla desde finales de julio. Según afirmó recientemente el canciller sirio, Walid Muallem, el hecho de que la operación no haya concluido aún se debe a que el Ejército recibió la orden de procurar evitar daños a la población civil y a la infraestructura de Alepo.
Según estimaciones de diversas ONGs, los enfrentamientos entre el Ejército sirio y la oposición armada han causado en Siria entre 17.000 y 20.000 muertos desde el inicio del conflicto en marzo de 2011.
Por su parte, el Gobierno del país informa sobre unos 8.000 muertos y afirma que sus tropas se enfrentan a milicias fuertemente armadas que reciben apoyo desde el exterior.
Occidente y varios países árabes exigen la renuncia de Asad, argumentando que su dimisión pondría fin a la violencia. Rusia y China, en cambio, temen que una intervención externa en Siria y la pérdida de la soberanía agraven aún más el conflicto.