La presión que la Unión Europea ejerce sobre Bielorrusia es contraproducente, declaró este miércoles el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, al intervenir ante los periodistas en Minsk.
“La presión que experimenta actualmente Bielorrusia ya tuvo precedentes. La Unión Europea, que la ejerció, podía convencerse de lo infructuoso y contraproducente de las sanciones internacionales”, dijo Lavrov, añadiendo que las sanciones no contribuyeron a resolver problemas en ninguna región.
La Unión Europea está siguiendo el ejemplo de EEUU de recurrir a sanciones unilaterales, constató el canciller. Y al mismo tiempo afirmó que Rusia y Bielorrusia no planean introducir sanciones de respuesta a la UE.
“Nuestros principios no son los de “ojo por ojo”. No consisten en emplear coerción, sino en sentarse a la mesa de negociaciones para solucionar problemas”, reveló el jefe de la diplomacia rusa.
El ministro bielorruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Martínov, a su vez subrayó que Bielorrusia rechaza la política de sanciones, amenazas, imposición y chantaje y quiere edificar relaciones constructivas con la Unión Europea y otros socios.
Las relaciones entre la UE y Minsk se agravaron en febrero pasado luego que Bruselas amplió las sanciones impuestas en diciembre de 2010 a Bielorrusia por la violación de derechos humanos.
Minsk en respuesta a eso recomendó a los embajadores de Polonia y de la UE viajar a sus capitales para realizar consultas. Entonces la Unión Europea llamó a consultas a todos los embajadores de sus países acreditados en Bielorrusia y a finales de marzo volvió a ampliar la “lista negra” de altos funcionarios, empresarios y compañías de Bielorrusia, en la que actualmente figuran 243 personas.
A principios de julio pasado, un avión sueco, que cruzó ilegalmente la frontera de Bielorrusia, dispersó sobre la república unos ositos de peluche con consignas en apoyo a la libertad de palabra.
Minsk negó la prórroga de la acreditación al embajador de Suecia en Bielorrusia, Stefan Eriksson. Estocolmo a su vez declaró que el nuevo embajador de Bielorrusia no será recibido en Suecia y exigió que dos funcionarios de la embajada bielorrusa regresaran a la patria.