La visita del primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, a la isla de Kunashir, archipiélago de las Kuriles, no coincide con la posición de Tokio, declaró el secretario general del Gobierno de Japón, Osamu Fujimura.
"El viaje de Medvédev puede provocar enfriamiento en la creación de una atmósfera positiva en las relaciones entre Japón y Rusia. Desde el punto de vista ruso, fue un viaje en el interior de su país pero cada parte tiene un enfoque propio de la cuestión territorial, de ahí que Japón haya expresado su protesta", señaló Fujimura.
El funcionario hizo hincapié en la necesidad de seguir construyendo entre los dos países y sus líderes una relación de confianza y continuar las negociaciones para resolver el problema territorial.
El canciller ruso, Sergei Lavrov, declaró el martes pasado que no veía la necesidad de “comentar nada” sobre la visita del primer ministro ruso a la isla Kunashir porque "Medvédev realizaba un viaje de turno por su país".
En noviembre de 2010, Medvédev ya viajó a las islas disputadas con Japón en calidad de presidente de Rusia y fue la primera visita de un jefe de Estado ruso al archipiélago.
La visita provocó en aquella ocasión un significativo enfriamiento en las relaciones bilaterales. Moscú afirmó entonces que la soberanía de Rusia en relación con las islas Kuriles, no está sujeta a revisión y que los funcionarios rusos viajarían a esa zona, independientemente de la reacción de Tokio.
Moscú en lugar de la confrontación, ofrece a Japón desarrollar de forma conjunta la región para recibir beneficios mutuos, a condición de que los japoneses se olviden de sus reivindicaciones territoriales para centrarse exclusivamente en la cooperación económica.
Tokio reclama las islas Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai alegando el Tratado bilateral sobre comercio y fronteras de 1855. Tras el fin de la II Guerra Mundial en 1945 esas islas fueron traspasadas a la URSS en virtud de acuerdos internacionales.