Hace unos días me había permitido hablar de Un mundo sin Rusia, y el día de Hoy leo Un mundo sin Occidente. El gran problema de Rusia, es ser un gran país, no solo en extensión sino también en conocimientos, tradición; es decir pensar con su propia cabeza. Todavía por unas generaciones más, vamos a seguir pensando y tratando la existencia de Occidente y Rusia, quizás la tercera generación sea más inteligente y valore más la vida que el dinero y el poder.