Tras la ceremonia de la investidura del presidente electo de Rusia, Vladimir Putin, que se celebrará el 7 de mayo, el nuevo jefe de Estado designará a un nuevo primer ministro. Según se ha declarado en varias ocasiones, será el actual mandatario ruso, Dmitri Medvédev, quien ocupará el cargo. El primer ministro, a su vez, formará un nuevo gobierno y, en particular, anunciará el nombre del nuevo ministro de Asuntos Exteriores.
Sin embargo, es el presidente del país el que determina las líneas generales de la política exterior. ¿Cambiarán con el regreso de Vladimir Putin? RIA Novosti entrevistó a varios expertos extranjeros para contrastar sus opiniones con respecto a la situación actual de Rusia en el escenario político internacional y las proyecciones hacia el futuro.
Los politólogos entrevistados coinciden en que las posibles transformaciones no serán consecuencia del cambio de mando. Están seguros de que Putin no había dejado de manejar los hilos de la política exterior durante el mandato de Medvédev, cuya estrategia, excepto en algunos detalles superficiales, coincidía a grandes rasgos con la de aquél.
No obstante, la mayoría de los expertos esperan cambios que se deberán al desarrollo progresivo de las relaciones internacionales en el mundo.
Rusia y la UE: “el reto fundamental para la diplomacia rusa”
“La política exterior rusa es preponderantemente reactiva. Rusia se ve obligada a reaccionar ante los acontecimientos cambiantes del mundo, por lo tanto los cambios son inevitables”, opina el experto del Instituto Internacional de Investigación para la Paz en Oslo, Pável Báev.
Báev cree que Putin tendrá que enfrentarse a una coyuntura internacional muy diferente de la que había encontrado Medvédev al llegar al poder y el propio Putin hace ocho años. “Rusia tendrá que asumir una postura ante el serio debilitamiento de la Unión Europea, su principal socio, que hasta ahora ha servido de modelo y ejemplo a seguir. Es el reto fundamental para la diplomacia rusa”, explica el politólogo.
Señala asimismo que la crisis económica que sufre la UE es muy profunda y no podrá ser superada a corto plazo. La desunión en Europa, según el experto noruego, da a Rusia algunas oportunidades. Pero al mismo tiempo el vínculo económico social y cultural que existe entre Rusia y Europa es tan fuerte que la crisis europea afecta inevitablemente el país eslavo.
Ilan Berman, vicepresidente para política del Consejo Americano de Política Exterior en Washington, está de acuerdo con Báev. Cree que la crisis económica de la UE y su consiguiente debilitamiento representan un grave problema para Rusia. Según él, Putin ya está buscando los nuevos marcos de las relaciones internacionales en el Oriente y Asia Central.
Stefan Melle, director de la ONG Intercambio Germano-Ruso, cree que aunque los problemas económicos de la UE son obvios -basta recordar el 25% de la tasa de desempleo en España- Europa sigue siendo un modelo social para Rusia. La Unión Europea se mantiene en primer lugar como destino de emigración de los rusos, señala el politólogo.
Melle opina que las relaciones entre Rusia y la UE en materia de cooperación económica y de energía son bastante dinámicas, especialmente en lo que se refiere a los contactos germano-rusos.
En cambio, estas relaciones se estancan a la hora de abordar la cuestión sobre la liberalización el régimen de visados, constata el experto. “A pesar de que Rusia y la UE aprobaron una hoja de ruta para suspender los visados, no veo que se den pasos reales por el momento”, dice él.
Entre los factores que obstaculizan el proceso el politólogo alemán destaca la desconfianza que Europa siente hacia el sistema político ruso. “Mientras no haya elecciones reales, pluralismo real, lucha anticorrupción real, la Unión Europea frenará el proceso de liberalización de visados”, afirma.
Peter Oppenheimer, profesor emérito de la Universidad de Oxford, también correlaciona los problemas de la política exterior con los de la interior. Según afirma, las relaciones entre Rusia y Reino Unido dependen directamente del desarrollo de la democracia en el país eslavo. “Para mejorar su posición en el mundo Rusia debería perfeccionar sus mecanismos electorales y permitir formación de una oposición real y civilizada”, asegura el científico, “en Gran Bretaña no entendemos para qué hacía falta falsificar los resultados de las presidenciales si más de la mitad de la población del país apoya a Putin”.
No obstante Oppenheimer cree que en las relaciones ruso-británicas no hay grandes problemas excepto el caso del asesinato del exagente secreto Alexandr Litvinenko en 2006 en Londres, aunque este asunto no tiene importancia estratégica.
En Polonia no esperan cambios radicales en la política exterior rusa, según comenta el analista polaco de la Oficina de Seguridad Nacional que prefirió escudarse en el anonimato. Sin embargo, Varsovia confía en que las relaciones bilaterales sean más transparentes. Los polacos consideran pendientes de solución los conflictos en torno a la tragedia de Katyn, donde por orden del régimen estalinista habían sido ejecutados centenares de oficiales polacos, y el accidente del avión del presidente polaco Lech Kaczynski, que se estrelló cerca de la ciudad rusa de Smolensk el 10 de abril de 2010 con 96 personas a bordo. Polonia critica a Moscú por su rechazo a cooperar con el Tribunal de Estrasburgo en la investigación de ambos casos.
Rusia y EEUU: “La crisis en torno a la DAM se disipará”
Ilan Berman cree que Putin tendrá que encontrar un equilibrio estable entre las prioridades exteriores e interiores, ya que deberá buscar soluciones tanto a los problemas internos como a los externos. En este tipo se enmarcan las trabas que existen en las relaciones con la UE o EEUU.
En cuanto a estas últimas, el experto opina que el proceso de reinicio de las relaciones ruso-estadounidenses hasta ahora ha sido unilateral. “La administración del presidente Obama ya dio muchos pasos en este camino, en particular redujo el arsenal de armas de destrucción masiva, pero las relaciones bilaterales no han mejorado por el momento”, dice Berman.
Obama demostró su deseo de seguir trabajando para conseguir el completo reinicio de las relaciones bilaterales durante su posible segundo mandato, mientras que el candidato republicano Mitt Romney no manifiesta tanto afán al respecto. Por lo tanto, según Berman, para el Kremlin sería mejor que ganara Obama.
Pável Báev opina lo contrario. “Para Putin sería preferible que ganara otro candidato porque durante los últimos años Obama invirtió un importante esfuerzo y capital político en la consolidación de las relaciones con Medvédev”, explica el politólogo. “Aunque el presidente esté menos interesado en entablar un diálogo con Moscú, a Putin le resultaría más fácil construir la relación de cero”, añade.
En cuanto al “eterno problema” en las relaciones bilaterales, el sistema de la defensa antimisiles (DAM) que EEUU planea desplegar en Europa del Este y Central, Báev no cree que sea determinante. “El problema de la DAM es artificial. Creo que la crisis se disipará poco a poco”, explica el experto noruego. “En un momento dado convenía ‘inflar’ la crisis pero creo que este momento ha pasado y las partes conseguirán dar al problema una evaluación más real”, añade Báev.
Ilan Berman señala que varios funcionarios militares rusos reconocieron recientemente la existencia de una amenaza para Rusia por parte de Corea del Norte e Irán. “Si la amenaza existe el escudo antimisiles estadounidense en Europa será nacesario para Rusia. Pero hasta el momento en las conversaciones sobre la DAM solo ha habido posiciones antagónicas”, - reconoce el politólogo.
Rusia – China: “Una diplomacia sutil y cauta”
“Los intereses geopolíticos de Rusia y EEUU coinciden antes que nada en los puntos que atañen a China”, afirma Pável Báev. No sólo el noruego, sino todos los demás expertos entrevistados por RIA Novosti, destacan que en la última década el papel de China en la palestra internacional aumentó notablemente, lo cual implica la necesidad de armonizar la política exterior con sus intereses.
Báev opina que se están debilitando las posiciones de Rusia respecto a la economía emergente del estado más densamente poblado del mundo, lo que supone la aplicación de una diplomacia sutil y muy cauta.
“Hallar el lenguaje común con los chinos resulta mucho más complicado que con los europeos. Tanto en virtud de las diferencias culturales como de las experiencias políticas” afirma el experto. “Es difícil acertar en qué tonalidad hablar con ellos. Las diferencias culturales son enormes, los procesos que se operan en este país, poco comprensibles. Ellos viven con arreglo a otras leyes y normas, difíciles de asimilar”, añade Báev.
No es tan fácil vertebrar relaciones permanentes con China también porque en cada región y cada conflicto Pekín adopta actitudes diferentes, en función de sus intereses coyunturales en ese momento”, comenta Báev. China se centra antes que nada en sus problemas internos.
Esta opinión la comparte Stefan Melle: “La política exterior de China está orientada antes que nada a asegurarse los recursos necesarios, tanto en Asia como en Africa. Esta política, de momento, no encierra agresividad alguna. De ahí que Rusia en igual medida sea vea obligada a orientarse tanto a Europa, como a China”.
Ilan Berman destaca que estas últimas semanas la Administración de Barack Obama trasladó su atención desde Oriente Próximo hacia Asia. Washington presta cada vez más atención al robustecimiento militar de China y a las relaciones de este país con sus vecinos, Rusia incluida.
De un lado, Berman pronostica el aumento de la cooperación entre Rusia y China, y de otro una competencia por el control sobre los recursos naturales y la influencia sobre la política en los estados centroasiáticos. EEUU defiende sus intereses en esta zona y desempeña un papel relevante pero, según el experto, para la evolución de la situación en Asia Central (sobre todo, después de la próxima retirada del contingente estadounidense de Afganistán) revestirá mayor importancia el equilibrio de las relaciones entre Rusia y China.
Rusia y Oriente Próximo: se precisa “una postura más definida”
Ilan Berman opina que el Kremlin, deseoso de jugar el papel de superpotencia en Oriente Próximo, debería adoptar una postura más precisa y definida en relación con Siria e Irán. Según el experto, esta actitud no debe estar en divorcio de la política de las Naciones Unidas y la Casa Blanca.
Según afirma Berman, Israel ya no cree en que se coronen con éxito las sanciones internacionales contra Irán. Tel Aviv está reflexionando en serio sobre qué medidas emprender ahora. “En esta tesitura es muy importante que Israel no se quede aislado y cuente con el apoyo no solo de EEUU, sino también de Rusia” acota Berman. Porque Rusia, “en cada vez mayor grado se va convirtiendo en socio diplomático de Israel. Rusia debe estar al tanto de las posibles estrategias de Israel con respecto a Irán”, añade.
También Pável Baev califica de muy complicada el problema iraní. No está claro cómo desenredar esta maraña, señala. De todas formas, el experto se muestra seguro de que en las controversias en torno al programa nuclear de Irán, Rusia más bien tomará en consideración el criterio de China que intentará regatear sobre el tema con EEUU.
“El arreglo árabe-israelí es un asunto absolutamente confuso” hace constar el politólogo: “Después de la primavera árabe, este proceso a todas luces ya no puede reducirse a las relaciones entre Israel y Palestina. Tampoco está claro el cariz que adquieran los sucesos en Siria. Son muy escasas las posibilidades para influir en la evolución de los sucesos, y no creo que Rusia esté en condiciones de hacerlo”.
Rusia y el espacio postsoviético: “una crisis que se está gestando en Ucrania”
El arriba mencionado analista de la Oficina de Seguridad Nacional de Polonia señala que las relaciones de Rusia con las exrepúblicas soviéticas que aspiran a ingresar en la Unión Europea y la OTAN, son complicadas. Sobre todo esto se refiere a Georgia, pero antes de las elecciones presidenciales en este país caucásico, previstas para octubre próximo, las relaciones ruso-georgianas no deben agravarse.
Suscitan muchos interrogantes la situación en Ucrania y la influencia de Rusia sobre la política de este país eslavo. “Abogamos por que los países vecinos de Rusia puedan decidir por su propia cuenta sus preferencias políticas”, afirma el experto polaco.
Pável Baev está seguro de que en un futuro próximo, Rusia tendrá que intervenir en la solución de un problema serio que se está agravando en Ucrania. “Yanukóvich se ha visto en una situación bien enredada que no tiene soluciones indoloras. De ahí que Vladimir Putin se vea obligado a prestar a este asunto una atención mucho mayor que él mismo quisiera”, explica.
El politólogo advierte que la crisis en Ucrania puede desembocar en unas conmociones serias. “Habiendo desarrollado una enérgica labor en el puesto presidencial y restablecido la gobernabilidad de la política ucraniana, Yanukóvich cometió tantos errores que la crisis se torna muy grave. El encarcelamiento de Yulia Timoshenko es una maniobra política contraproducente y autodestructiva”, asegura el experto.
Prueba de ello son las voces de los dirigentes europeos que exhortan con cada vez mayor rigor a boicotear la celebración del campeonato europeo de fútbol en Ucrania en junio próximo. Pável Baev subraya que por parte de Rusia no hay una reacción clara a estos llamamientos, como tampoco a toda la situación relacionada con el enjuiciamiento de Yulia Timoshenko.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI