El Ministerio ruso de Asuntos Exteriores criticó hoy a los miembros del llamado Grupo de Amigos de Siria que manifestaron la víspera, en una conferencia celebrada en Estambul, la disposición de prestar apoyo militar a opositores sirios, algo que se contradice con los objetivos del arreglo político según Moscú.
“Las declaraciones que se escucharon en Estambul y las intenciones de proporcionar apoyo directo, en particular, el militar y el logístico, a la oposición armada externa se contradicen sin duda con los objetivos del arreglo político del conflicto civil en Siria”, consta en un comentario difundido por María Zajárova, portavoz adjunta de la cancillería rusa.
Zajárova calificó de “unilateralista” el encuentro de Estambul al constatar que “la lista de sus participantes no incluyó a representantes del Gobierno sirio ni a muchos grupos influyentes de la oposición política siria”.
La cancillería rusa llamó a “no instigar las guerras intestinas sino conseguir a la mayor brevedad y asegurar el cese del fuego y de la violencia, así como un amplio diálogo inclusivo para encontrar soluciones que convengan a todos los sirios, tal y como está previsto en el plan de Kofi Annan”, el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria.
“Es la única manera de garantizarle al pueblo sirio el derecho de decidir por cuenta propia, sin injerencias externas, su futuro, incluida la elección de gobernantes legítimos y de organismos representativos”, consta en el comentario.
El plan de Annan, que recibió el pasado 21 de marzo apoyo unánime por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, prevé un alto el fuego, garantías para la evacuación de heridos y la llegada de ayuda humanitaria, inicio de un diálogo político entre las partes, emplazamiento de observadores internacionales y liberación de personas detenidas de forma arbitraria.
La implementación de este plan, según Moscú, requiere de perseverancia y paciencia de todas las partes en Siria, así como de los actores regionales e internacionales.
Rusia insiste en que el Consejo de Seguridad de la ONU tenga protagonismo en el arreglo del conflicto que, según la estimación de la ONU, causó más de 8.000 víctimas en Siria desde marzo de 2011. Diplomáticos rusos rehúsan participar en las reuniones del Grupo de Amigos de Siria que a finales de febrero pasado se pronunció por recrudecer las sanciones contra el régimen de Asad y reconoció al opositor Consejo Nacional Sirio (CNS) como “representante legítimo del pueblo sirio”.
