Las relaciones entre Kabul y Washington empeoraron nuevamente este domingo después de que un soldado estadounidense matara a al menos 16 civiles cerca de Zangabad, en la provincia afgana de Kandahar.
“Es un homicidio deliberado de civiles inocentes y no tiene perdón”, manifestó a raíz de lo sucedido el presidente de Afganistán, Hamid Karzai. Exigió a EEUU y a la OTAN aclarar el incidente.
El general estadounidense John Allen, comandante de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), prometió a su vez que el responsable “rendirá plena cuenta por lo hecho” y aseguró que la matanza, ocurrida esta mañana, será objeto de “una investigación rápida y profunda".
El autor de la masacre, ya detenido, es un soldado estadounidense que en la madrugada salió armado de una base militar en el distrito de Panjwai, se encaminó a una villa cercana y, tras entrar en varias casas, mató por lo menos a 16 personas, entre ellos, nueve niños y tres mujeres, según los primeros testimonios que se recogen en la prensa. Actuaba en solitario supuestamente.
La tragedia exasperó las relaciones entre Kabul y Washington, ya por sí tensas después de que el pasado mes de febrero se hallaron varios ejemplares quemados del Corán en la base estadounidense de Bagram. El agravio provocó en Afganistán una oleada de protestas que causaron al menos una treintena de muertos, entre ellos, dos militares estadounidenses.