El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Alain Juppé, calificó de “inflexible” la postura de Rusia con respecto a Siria y la atribuyó a la existencia de “intereses económicos”, además del deseo de tomar revancha por la intervención militar en Libia.
En una entrevista con la emisora Europe 1, Juppé calificó de “inmensa frustración” lo que siente ante los acontecimientos en Siria. Reconoció que “la posición inflexible de Rusia” impedirá adoptar una resolución de condena al régimen sirio en el Consejo de Seguridad de la ONU, que volverá a debatir el asunto el próximo lunes.
Moscú insiste en tratar por igual a las partes en conflicto pero el canciller galo calificó de “escandaloso” e “inaceptable” poner en un mismo plano a “un régimen que asesina a sus ciudadanos y a los insurgentes que tratan de defenderse”.
Rusia y China ya ejercieron en dos ocasiones su derecho de veto en el Consejo de Seguridad para bloquear resoluciones contra el régimen sirio. Según la ONU, el conflicto en Siria causó más de 7.500 víctimas a lo largo del último año.
Juppé recordó que Moscú se niega a justificar la intervención militar de Occidente en Libia y quiere “hacernos pagar por aquélla en Siria”. Además, “ha tenido siempre mayores intereses económicos en Siria”, en particular, en el mercado de armamento, dijo.
En la postura de Rusia, a su juicio, influye también el miedo al “contagio islamista en su propio territorio”, así como el uso de consignas nacionalistas en la reciente campaña de elecciones presidenciales, por lo que “cualquier concesión a Occidente puede interpretarse como un signo de debilidad”.
Francia considera necesario implementar en Siria el plan de la Liga Árabe que estipula la dimisión del presidente Bashar Asad, la creación de un Gobierno de coalición que integre a políticos opositores y la organización de elecciones libres.
No cederá en esa postura que, según Juppé, cuenta con el apoyo de todos los “amigos de Siria”, 13 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad y 137 miembros de la Asamblea General de la ONU.