La Casa Blanca instó al Pentágono realizar cambios estructurales debido a un mal manejo de restos de militares estadounidenses en la Base de la Fuerza Aérea Dover, en Delaware, EEUU, informó el gobierno de esa nación.
"Estamos extremadamente preocupados por las denuncias de malos tratos a los restos humanos en Dover y del hecho de que en 2001 algunos de los restos de personas no identificadas, víctimas de los ataques del 11 de septiembre fueron arrojadas al campo”, señala un comunicado divulgado el martes por la Casa Blanca.
El documento indica que el presidente de EEUU que fue informado de la investigación en Dover, apoyó la decisión del Pentágono de llevar a cabo cambios estructurales para evitar incidentes similares en futuro.
Antes, el Secretario de Defensa, Leon Panetta, dijo que el personal que resulte responsable en el caso será castigado.
Representantes de la Fuerza Aérea de EEUU, reconocieron la existencia de estos casos pero que eso había ocurrido sólo con partes de cuerpos no identificados que habían estado en el campo de batalla mucho tiempo y que las familias de las víctimas habían permitido deshacerse de ellos.
El subjefe de personal de la Fuerza Aérea, Darrell Jones, comparó el procedimiento para deshacerse de los restos en Dover con la eliminación de desechos médicos.
En tanto, los familiares de los soldados fallecidos están indignados por el manejo de los restos de sus seres queridos por parte de los militares encargados de la base Dover.
En noviembre de 2011, el diario Washington Post, citando a sus fuentes en círculos militares, informó que personal de Dover se liberó por varios años de los restos de militares muertos en zonas de guerra tirando sus cenizas en un vertedero después de que los cadáveres de los oficiales eran incinerados.
Después de la publicación, el Pentágono inició una investigación sobre el personal de la morgue en la base Dover.