Las autoridades de Séversk, una de las llamadas “ciudades cerradas” localizada en la siberiana provincia de Tomsk, dieron los primeros pasos para liberalizar el régimen de entrada, informó este martes el alcalde de Séversk, Grigori Shamin.
Con una población de unas 108.000 habitantes y situada a 12 kilómetros al noroeste de Tomsk, es la mayor de las ciudades cerradas rusas que albergan centros nucleares. Se fundó hace más de 60 años como lugar de residencia del personal del llamado Complejo Químico de Siberia, una de las cuatro plantas rusas para enriquecer uranio.
Según explicó el primer edil, una de las medidas de liberalización consiste en que a partir de ahora los camiones de mercancías podrán entrar en la ciudad para descargar en el destino, mientras que hasta hace poco lo tenían que hacer en los puestos de control.
Además, el ayuntamiento simplificará y agilizará la tramitación de autorizaciones de entrada para los inversores, medida que ya han podido disfrutar algunos de ellos, afirmó Shamin.
El tercer paso de liberalización deberá ser “la libertad para la población”, anunciaron las autoridades.
No obstante, el alcalde de Séversk advirtió de que por el momento no será posible la liberalización total del régimen de entrada a la ciudad debido al funcionamiento de la planta para enriquecer uranio, que usa tecnología secreta.
Anteriormente, durante una visita a Séversk del director de la corporación nuclear rusa Rosatom se acordó que la localidad conservará el régimen de ciudad cerrada, aunque adoptando ciertas medidas de liberalización, en primer lugar para favorecer la entrada de inversiones.
