La agencia espacial rusa Roscosmos anunció el pasado 31 de enero que un fallo en los ordenadores de a bordo causó el accidente de la sonda interplanetaria Fobos-Grunt.
Pero las causas de este fallo siguen suscitando dudas. La industria espacial rusa sufre un fracaso tras otro porque atraviesa una crisis sistémica.
Fallo en el programa
El 31 de enero por la mañana, el periódico ruso Kommersant informó, citando fuentes de la industria espacial, que un fallo en el sistema de ordenadores de a bordo era la versión más probable del siniestro de Fobos-Grunt. Esta información se interpretó como un error en la programación del software.
Pero el mismo día por la tarde, durante una reunión sobre el desarrollo del sector espacial de Rusia, el director de la agencia espacial Roscosmos, Vladímir Popovkin, hizo varias aclaraciones: “Se produjo el reinicio de dos equipos del sistema de ordenadores de a bordo, que dejó a éste en régimen de máximo ahorro de energía y a la espera de órdenes”, dijo Popovkin ante lo anunciado por Kommersant, y añadió que según la comisión investigadora la causa más probable del fallo informático fue una “acción local de partículas pesadas del espacio cósmico”.
Pero partiremos de que la versión de Popovkin no es un intento de ocultar las verdaderas causas del accidente, sino que lo dicho tuvo lugar en realidad.
La causa más probable de un fallo inesperado en el sistema de ordenadores es que los microcircuitos utilizados en el aparato no estaban protegidos de las radiaciones solares y cósmicas.
Durante los últimos años se registraron muchos casos en los que fabricantes que actuaban de mala fe suministraban a los clientes del sector de Defensa piezas baratas en vez de elementos electrónicos sofisticados con capa de protección de radiaciones y vibraciones.
Si se descubre que la fallida misión de la sonda interplanetaria es resultado del incumplimiento de las exigencias técnicas de fabricación del equipo, la Fiscalía General de Rusia podría abrir expedientes penales. Si se confirma que los ingenieros han olvidado estipular varios detalles importantes al formular las exigencias técnicas para la fabricación del equipo electrónico para Fobos-Grunt, es posible que todo se limite a despidos.
Roscosmos aseguró que tomaría bajo su control el equipo fabricado para los nuevos aparatos espaciales que se desarrollarían en el futuro. “Las soluciones técnicas aplicadas en los satélites ya desarrollados, Luna-Resurs, Luna-Glob se someterán a una revisión, ya que son las mismas que se han empleado en el proyecto de Fobos-Grunt”, señaló Popovkin.
Sea lo que sea, parece necesario aplicar en la industria espacial los métodos de control riguroso de calidad, como los que han logrado salvar el proyecto de desarrollo del misil balístico intercontinental Bulavá. Los dirigentes de Roscosmos llevan discutiendo esta posibilidad varios meses.
Marte ataca
Durante este invierno ha aparecido una amplia gama de hipótesis sobre las causas de la caída de Fobos-Grunt. Ante todo, el jefe de Roscosmos Fobos-Grunt expresó su preocupación al diario ruso Izvestia por los cada vez más frecuentes fallos en misiones de los aparatos espaciales rusos cuando están fuera de la zona de visibilidad de los puestos de control.
Popovkin no descartó que un factor externo haya podido ocasionar estos fallos.
Posteriormente, fuentes próximas a la comisión interdepartamental encargada de investigar las causas de la caída de ese aparato informaron a los medios sobre un posible efecto no deliberado de radares estadounidenses.
Al poco tiempo, Yuri Kóptev, jefe de la comisión, confesó que está estudiando esta hipótesis y que para comprobarla o desmentirla se llevará a cabo un experimento en la Tierra.
Incluso el vicepresidente del Gobierno ruso, Dmitri Rogozin, responsable de la industria de Defensa, la energía atómica y el sector aeroespacial, también reconoció que la hipótesis acerca de los radares estadounidenses “puede ser tenida en cuenta” aunque añadió “espero que no sea así”.
Durante varios días los medios de información publicaron las versiones más inverosímiles del siniestro, incluido el efecto del radar de las Islas Marshall que la agencia espacial estadounidense NASA utiliza para observar a asteroides. La comunidad internacional suele considerar que este radar ha causado muchos cataclismos, desde tsunamis hasta terremotos.
Al evaluar la situación, los expertos declararon que esta hipótesis parece poco probable. Incluso Dmitri Rogozin cambió de postura respecto al factor externo y escribió con ironía en su bitácora de Twitter que “los marcianos son culpables de todo”.
Después, las versiones más tradicionales sustituyeron a las exóticas. Se declaró que las tormentas de radiación solar han podido afectar las operaciones de Fobos-Grunt.
Finalmente, una fuente del sector espacial ruso comentó que la causa del accidente también pudieron ser piezas defectuosas. Los representantes de la industria descartaron esta hipótesis declarando que se aplica un riguroso control de calidad a todas las piezas fabricadas. Pero estas declaraciones no han sido tomadas en consideración.
¿Fue inevitable el accidente de Fobos-Grunt?
El fallo en la misión de la sonda interplantetaria no fue inesperado. El desarrollo del proyecto fue prolongado y complicado. Tras el inicio de los trabajos de la creación de Fobos-Grunt en 2006, su lanzamiento previsto para 2009 fue aplazado para 2011 porque los especialistas de la Academia de Ciencias descubrieron una falta de preparación de la sonda.
La existencia de serios problemas en el proceso de desarrollo de la sonda fue confirmada por los despidos de altos cargos del principal diseñador de Fobos-Grunt, la entidad aeroespacial Semión Lavochkin, que en enero de 2010, fueron sustituidos por un grupo de expertos de otra entidad Sistemas de Comunicación via Satélite encabezado por Víctor Jártov.
Este grupo logró finalizar la construcción del aparato para lanzarlo hacia Marte cuando se abre la ventana de lanzamiento. Pero resultó que estos esfuerzos fueron insuficientes para garantizar el éxito de la misión aun en las primeras etapas del vuelo.
Durante el año pasado, salió a la luz pública la información de que Fobos-Grunt no estaba listo para el lanzamiento en noviembre. El propio Popovkin coincidió con esta versión al declarar a la prensa que existía un riesgo, pero fue necesario arriesgarse.
Al analizar la situación de la sonda rusa se puede hacer constar que la crisis sistémica en la industria espacial rusa se ha manifestado en este caso de manera clara.
Ni marcianos ni estadounidenses han podido ni podrán producir más daño al sector espacial ruso del que éste ya ha sufrido y sufrirá debido a los problemas internos que ralentizan todos los procesos.
Para resolver estos problemas es necesario aplicar medidas diferentes a la fórmula tradicional que estima solo dos actividades: la asignación de recursos y su gasto.
La caída en el Océano Pacífico del aparato, cuyo coste se estima en torno a 5.000 millones de rublos, más de 163,5 millones de dólares, porque se decidió ahorrar en la compra de los microcircuitos en Taiwán que carecen de la capa de protección necesaria, resulta muy cara para Rusia, considerada todavía la mayor potencia espacial por la comunidad internacional.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI