Cualquier injerencia externa provocará inevitablemente una catástrofe en Siria, advirtió hoy Dmitri Rogozin, vicepresidente del Gobierno ruso y emisario especial del presidente Dmitri Medvédev para la cooperación con la OTAN en materia de defensa antimisil.
“El ejemplo de Libia debía haber enfriado a todos en lo que respecta a la injerencia en guerras civiles ajenas”, manifestó Rogozin en una rueda de prensa que ofreció en Bruselas tras cuatro años de permanencia al frente de la embajada rusa ante la OTAN.
Calificó de “antihéroes” a quienes se inmiscuyen en esas contiendas y sugirió “dejar a Siria en paz y ayudar a las partes en conflictos a pasar de la confrontación al diálogo político”.
También recordó que “Occidente intentó influir en la democratización del sistema político en las naciones del norte de África y Oriente Próximo, y el resultado en todas partes fue la llegada de islamistas al poder”.
“La primavera árabe terminará sin falta en un verano caliente”, advirtió.
Según las estimaciones de la ONU, más de 5.000 personas murieron en Siria desde marzo pasado a raíz de los enfrentamientos entre la oposición y las fuerzas leales al régimen de Bashar Asad.
