Las ganancias generadas por la producción de opio en Afganistán pudieron ascender en 2011 a 1.400 millones de dólares, lo que equivale al 9% del país asiático, según se desprende de un informe de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC).
El documento señala también que los ingresos por la exportación de opiáceos como la heroína producidos a partir del opio afgano se estiman en unos 2.400 millones de dólares, o el 15% del PIB afgano.
La UNODC señala asimismo que el coste neto del opio afgano aumentó el año pasado un 133% respecto al año anterior.
“De esta forma, la producción de opio constituye una parte considerable de la economía afgana y sirve como fuente de financiación para las bandas armadas, así como alimenta a la corrupción”, resumió el director de la UNODC, Yuri Fedotov, en un comunicado.
Según el informe de la entidad, en torno al 90% del opio mundial se produce en Afganistán y sus cultivos en este país aumentaron el año pasado en 131.000 hectáreas, un 7% en relación con 2010.
La producción total del opio afgano creció en 2011 un 61% en tasa interanual.
“La lucha contra el narcotráfico no es una prerrogativa exclusiva de las autoridades competentes, sino que es igualmente una responsabilidad de todos aquellos quienes se preocupan por la seguridad, la estabilidad, el orden y el desarrollo de Afganistán y la región en su conjunto”, recalcó Fedotov.
Según el Servicio Federal ruso de Control de Drogas, en Afganistán se produce el equivalente de unos 150.000 millones de dosis de heroína y unos 30.000 millones de dosis de hachís que se exportan vía Tayikistán y Pakistán a Rusia y países europeos.
En Rusia, las drogas matan entre 30.000 y 40.000 personas al año. Es el primer país consumidor de la heroína al que corresponde el 21% de la heroína y el 5% de los opiáceos producidos en el mundo.
Hasta un 90% de los drogodependientes rusos consumen opiáceos, en primer lugar heroína, que tiene origen exclusivamente afgano. Los consumidores de estas drogas se estiman en Rusia en torno a 1,68 millones de personas.
Pese a que Rusia aboga por la destrucción total de los cultivos de opio en Afganistán, algo que rechazan las tropas de la OTAN desplegadas en el país asiático, por temor a que esta medida pueda provocar que los campesinos afganos productores de opio se unan a las milicias talibán.