Raísa Gorbachova, la esposa del primer presidente de la Unión Soviética, fue la primera en dar un ejemplo de beneficencia tras un largo descanso en actividades de ese carácter entre funcionarios.
Gorbachova siempre colaboró con fundaciones para ayuda a niños enfermos de leucemia. Más tarde, esa afección acabó con su propia vida. Hoy, el 5 de enero, se cumplen 80 años de su nacimiento.
Raísa Gorbachova rompió la tradición que menospreciaba el papel de las mujeres de dirigentes soviéticos en la vida social. En la foto: el presidente de la URSS Mijaíl Gorbachov con su esposa junto con el matrimonio Bush durante una visita de Estado a EEUU, 2 de junio de 1990.
A finales de 1980, la primera dama de la URSS, cooperó activamente en la creación y el funcionamiento de la Fundación de Cultura Soviética que posteriormente desarrolló una amplia actividad con ayuda y participación de la propia Gorbachova.
El secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la URSS Mijaíl Gorbachov con su esposa Raísa Gorbachova y la primera ministra de Gran Bretaña Margaret Thatcher durante la visita de la “dama de hierro” a la URSS. 3 de marzo de 1987.
La esposa de Mijaíl Gorbachov no fue muy querida por las mujeres soviéticas, que opinaban que la primera dama derrochaba en vestuario y asistía a un sinfín de actos. Antes de aparecer Raísa en la palestra política de la URSS, con las esposas de dirigentes extranjeros se entrevistaba la primera cosmonauta soviética, Valentina Tereshkova. En la foto: Raísa Gorbachova en la conferencia internacional “Política familiar global y derechos de familia”. 19 de octubre de 1990.
En el extranjero, el estilo de Gorbachova consideraban impecable. La veían como la única primera dama al estilo occidental en la historia de la URSS. No obstante, dentro de la Unión, Raísa siempre fue una incomprendida. En la foto: Gorbachova y Nancy Reagan. 2 de mayo de 1988.
La incomprensión persiguió a Gorbachova hasta el Golpe de agosto de 1991. Fue entonces cuando la población soviética la vio como a una mujer fiel y entregada a su marido. Tras la dimisión de Gorbachov, Raísa también desapareció de la vida política de la nueva Rusia y se mudó con su esposo a una casa en las afueras.
“¿Será que tenía que contraer una enfermedad tan grave y morir para que la gente me comprendiera?”, decía Gorbachova al recibir, días antes de su muerte, numerosas cartas y telegramas de ciudadanos soviéticos repletas de palabras de apoyo.
Lo último
0
El acceso al chat ha sido bloqueado por violación de las reglas.
Usted puede volver a participar dentro de∞.
Si no está de acuerdo con el bloqueo, utilice el formulario de contacto>
La discusión ha sido cerrada. Se puede participar en una discusión durante 24 horas después de la publicación de la noticia.