Un “reloj de la madurez” molecular ubicado en las células madre de los tomates les permite determinar la hora y la forma en la que crecen las ramas de la planta y la cantidad de sus ramificaciones, según un estudio de biólogos estadounidenses publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Zachary Lippman y sus colegas del laboratorio de Cold Spring Harbor descubrieron un mecanismo molecular, el llamado “reloj de la madurez”, en los tomates de la familia Solanum Iycopersicum que controla la cantidad y los ritmos de crecimientos de las ramas de la planta.
Según los científicos, “si el reloj se atrasa, la planta germina más tarde de lo habitual”.
Sin embargo, se trata de un fenómeno negativo.
“La excesiva cantidad de brotes y flores “roba” la gran parte de la energía de la planta y la priva de recursos para convertir esas flores en frutos”, explican los autores del estudio.
En la actualidad, los biólogos estudian la posibilidad de “poner la hora” del “reloj” de los tomates.