Guirnaldas multicolores, olor a dulce de jengibre y a vino caliente. Numerosos turistas asaltando tiendas y museos de Viena. En medio de ese ajetreo de... 12.12.2011, Sputnik Mundo
Guirnaldas multicolores, olor a dulce de jengibre y a vino caliente. Numerosos turistas asaltando tiendas y museos de Viena. En medio de ese ajetreo de vísperas de la Navidad pasan reposadamente unas carrozas de alquiler tiradas por un par de caballos, que son tarjeta de presentación de Viena.
Guirnaldas multicolores, olor a dulce de jengibre y a vino caliente. Numerosos turistas asaltando tiendas y museos de Viena. En medio de ese ajetreo de vísperas de la Navidad pasan reposadamente unas carrozas de alquiler tiradas por un par de caballos, que son tarjeta de presentación de Viena.
Alrededor de la catedral vienesa de San Estefano se extiende la plaza del mismo nombre. Allí se puede ver uno de los atractivos principales de la capital austríaca: los “fiacres”, o carrozas ligeras tiradas por un par de caballos, que se habían utilizado en Europa Occidental como taxis antes de ser inventado el automóvil.
En la plaza de San Estefano se dan citas, actúan músicos y malabaristas y casi a diario se organizan diversas acciones. En la foto: 6 de diciembre de 2011. Escolares y estudiantes protestan contra la expulsión del país de una familia de inmigrantes.
El espíritu de Mozart está presente en todo en Viena: en la ópera, en las melodías de los músicos ambulantes y hasta en los adornos del árbol de Navidad.
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