En el recinto de un monasterio masculino ubicado en Gánina Yama, cerca de Ekaterimburgo, se desarrolló la ceremonia de inauguración del monumento a los hijos del último emperador ruso Nicolás II.

En el recinto de un monasterio masculino ubicado en Gánina Yama, cerca de Ekaterimburgo, se desarrolló la ceremonia de inauguración del monumento a los hijos del último emperador ruso Nicolás II. En la foto: Vikenti, metropolita de Tashkent y Uzbekistán (a la izquierda), santificó el monumento “A los Hijos del Zar” inaugurado en el recinto de un monasterio masculino.

La ceremonia de inauguración y santificación del grupo escultórico comenzó con un oficio divino.

La idea de erigir tal monumento fue promovida por el arzobispo Vikenti, ex cabeza de la diócesis de Ekaterimburgo. La plasmó el escultor Ígor Akímov, egresado y profesor de la Academia de Arquitectura de los Urales.

Los hijos del zar (Alexéi, Olga, Tatiana, María y Anastasía), instalados en un pedestal inclinado, dan la impresión de bajar del cielo. Cada uno lleva una cruz en la mano.

El grupo escultórico, de 2,9 metros de altura, pesa dos toneladas.

El acto inaugural se desarrolló el día del nacimiento de una hija del zar, Olga. Gánina Yama es el lugar donde fueron arrojados a una mina los restos mortales del último zar ruso Nicolás II, sus familiares y sirvientes, asesinados por los bolcheviques en Ekaterimburgo, en la casa Ipátiev. Los restos fueron descubiertos en 1991. Actualmente, en ese lugar se encuentra el monasterio masculino consagrado a los Mártires Regios.

En su recinto ya fueron erigidos los monumentos a Nicolás II y su esposa Alexandra Fiódorovna. En la foto: Vikenti, metropolita de Tashkent y Uzbekistán (a la izquierda), santificó el monumento “A los Hijos del Zar”.
