La administración del Territorio de Krasnodar, sur de Rusia, adquirió cinco “baby boxes”, incubadoras en que se puede dejar en anonimato al recién nacido no deseado; la de Perm, región de los Urales, planea hacerlo en los próximos meses, comunicaron hoy unos portavoces de esos organismos de poder regionales.
La práctica de rechazo al bebé sin hacer ese acto del dominio público existe desde hace mucho en Italia, la República Checa y Francia. En Rusia, la primera institución de esa índole fue abierta en el siglo XVIII por disposición de la emperatriz Catalina II, adjuntamente a un hospital para las parturientas pobres.
Las incubadoras, que cuestan cerca de 10 mil euros, se montan a la entrada de unas instituciones médicas, en lugares donde no hay cámaras de vídeo ni guardianes. La mujer puede dejar allí al recién nacido en anonimato, sin ser perseguida por la Ley por tal acto.
En la República Checa funcionan 38 Baby Boxes, en los que encuentran hasta 30 niños al año. Los entregan primero a un servicio de patronato y luego les buscan padres adoptivos, dijo a RIA Novosti una portavoz del Departamento de Sanidad del Territorio de Krasnodar.
A la realización del proyecto en cuestión decidieron unirse las ciudades siberianas de Tomsk, Omsk y Novosibirsk y también de otras regiones de Rusia.