Paleontólogos hallaron en la localidad de Contamana (norte del Perú) dientes de los roedores más antiguos que habitaron Sur América hace unos 41 millones de años, según un estudio publicado hoy en la revista científica Proceedings of the Royal Society B.
De acuerdo con la fuente, un equipo de científicos de EEUU, Francia, Alemania, Perú y Panamá, dirigido por el paleontólogo francés Pierre-Olivier Antoine, de la Universidad de Montpellier, hizo el hallazgo en tres viajes entre 2008 y 2010 al río Ucayali, un afluente del Amazonas.
Allí encontraron en la orilla varias capas de roca, incluyendo la de los fósiles, de forma anticlinal (como un arco iris), en la que los pliegues situados por encima o por debajo de los fósiles pasaban de ser horizontales a casi verticales.
En vez de hacer excavaciones, los paleontólogos no tuvieron más que remontar el curso del río para estudiar el pasado y bajarlo para tener datos más recientes. La ceniza hallada en partículas de cieno 47 metros río abajo databa de hace 41 millones de años, según el método de datación por argón radiactivo, lo que revela la edad mínima de los fósiles, según el estudio.
Esta fecha ha sido confirmada también por los estudios genéticos de los roedores actuales en África y Suramérica, añade el informe.
Las características de los dientes encontrados también refuerzan esa teoría e indican además que esos roedores se alimentaban de semillas blandas y plantas, al igual que sus descendientes actuales.
Por otra parte, el polen extraído del barro fosilizado que contenía los dientes sugiere que estas especies vivían en una selva tropical parecida a la de hoy.
Según la fuente, los roedores, de la infraorden Caviomorpha que incluye a los actuales cobayas, chinchillas y puercoespines del Nuevo Mundo, se desplazaron de norte a sur y eran originarios de África.
Los científicos consideran que estas especies llegaron a Suramérica durante el Eoceno Medio, hace unos 40 millones de años, y que se desplazaron desde África en un trozo de vegetación cuando el Atlántico medía menos de 1.000 kilómetros de ancho, alcanzando el noreste de Brasil en una o dos semanas.
